Ventana americana
Las condiciones geográficas y climatológicas de Colombia, el país situado en la esquina norte de Sudamérica, en medio de dos océanos y atravesado por los tres ramales finales de la Cordillera de los Andes, han hecho posible que allí se produzca el que es considerado el mejor café suave del mundo, del cual la república colombiana es su principal exportador.
Lo anterior, sumado a la exitosa gestión de la Federación Colombiana de Cafeteros, el gremio creado a finales de la década de los años 20 del siglo pasado y que reúne a más de 300 mil familias de caficultores, ha conseguido que el grano de café arábiga cultivado en los valles andinos del llamado Eje cafetero, y los departamentos de Antioquia y Valle del Cauca, sea el principal producto de exportación y sector vital de la economía de esta nación.
A mediados de la década de los años 70, las heladas que afectaron a la cosecha de cafetera en Brasil hicieron disparar el precio de la libra (medio kilo) de café hasta los tres dólares, lo que supuso una enorme inyección de divisas para Colombia. Esta época conocida como "la bonanza cafetera" redundó en una mejora de las condiciones de vida de la población, por lo cual el presidente de ese entonces, Alfonso López Michelsen, acuñó el término de "clase emergente" para referirse a la pujante nueva clase media urbana.
Hoy en día, el café de Colombia está muy de moda, pero no nos referimos únicamente a la bebida representada en todo el orbe por la imagen del icónico Juan Valdez y su mula arriera, sino a la telenovela "Café con aroma de mujer", uno de los productos audiovisuales con mayor audiencia en las plataformas de televisión digital en España.
"Café con aroma de mujer" narra la historia de los amores difíciles entre una recolectora de café conocida como Gaviota y Sebastián Vallejo, el heredero de una familia latifundista propietaria de una gran hacienda de cafetales. Por estos días, el actor cubano William Levy, que interpreta el personaje protagonista masculino, se encuentra de visita promocional en España, donde ha sido fichado como modelo de una importante marca de ropa, causando una gran revuelo mediático con su presencia.
En realidad, la versión de "Café con aroma de mujer" que se ve actualmente en las televisiones del mundo entero es una re-versión (o "remake") de la producción original que se presentó en el año de 1994 con un gran éxito de audiencia, convirtiéndose en el principal tema de conversación del momento "desde los palacios hasta las cabañas" (como diría Don Juan Tenorio), hasta el punto de que el mismísimo presidente colombiano, Daniel Samper Pizano, hizo un llamamiento a los guionistas y productores para que de una vez por todas se produjese el desenlace de esa historia que mantenía en vilo al público.
La actual "Café con aroma de mujer" mantiene en esencia el argumento y el conflicto dramático originales pero adaptándolos a la actualidad, lo que ha conseguido captar la atención de las nuevas generaciones y, al mismo tiempo, repescar a quienes ya vieron la primera producción, tanto en Colombia como en España.
El padre de esta creación literaria y audiovisual es el "libretista" (como se le llama en Colombia a los guionistas de televisión) y productor Fernando Gaitán Salom, recientemente fallecido, quien también dio vida a otros títulos exitosos y memorables como "Betty, la fea", que al igual que "Café con aroma de mujer" han sido vistas en los cinco continentes, tanto en la versión colombiana como en forma de adaptaciones locales.
Si Hollywood es la meca del cine, actualmente Bogotá lo es de las telenovelas. Los canales de televisión Caracol y RCN de Colombia han venido a ocupar el lugar de liderazgo que tiempo atrás ostentaban Venevisión de Venezuela y Televisa de México en la producción de estos géneros televisivos.
El porqué del "Boom televisivo colombiano" se explica debido al gran talento humano que posee: desde de guionistas innovadores y muy creativos (como en el caso de Fernando Gaitán, Dago García o Mauricio Navas y Mauricio Miranda), pasando por una pléyade de actores y actrices de gran atractivo físico gracias a la diversidad racial del país; y contando también con la labor de dirección de hombres y mujeres muy profesionales y con alta formación en cine y televisión. Todo esto sumado a la potente inversión económica de las empresas audiovisuales colombianas y a la distribución ilimitada gracias a las plataformas de "streaming" internacionales que han permitido a los creadores de contenidos colombianos llegar a esa gran comunidad de hablantes de la lengua de Cervantes, y de García Marquez, de 500 millones de personas en todo el planeta.
Aspecto muy positivo de la globalización es pues el hecho de poder disfrutar de una taza de tinto (como se le llama al café solo en Colombia) mientras se recrea la mente con la visualización de series como "Café con aroma de mujer", "La reina del flow" o "Amar y vivir", verdaderos productos de exportación de la cultura colombiana.
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