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Deportación

Estoy preparado para, en unos minutos, ser blanco de las iras de algunos cuantos que empezarán a considerarme un facha, antisocial, misógino, excéntrico, explotador, estrambótico, fascista, antidemócrata y demás palabrería. Pero es que estoy de acuerdo con Donald Trump. No en todo. Sólo, de momento, en una cosa.

También estoy de acuerdo con Obama, pero nadie, o muy pocos, me alabarán el gusto. Es lo que tiene esta sociedad tan politizada y tan poco reflexiva. Trump quiere deportar a los inmigrantes ilegales que delincan. Lo que ya viene haciendo Obama. Pero si lo dice el ganador de las últimas elecciones de Estados Unidos, ya se sabe... es un facha muy facha y muy retrógrado.

Decía que estoy de acuerdo con Donald Trump en la deportación de los inmigrantes que delincan. Es más, quiero que esa deportación se ejecute por la vía de urgencia. Ya tenemos bastantes chorizos nacionales como para soportar a los de importación. Y, a buen seguro, que no sólo soy el único que está de acuerdo con esa medida. Estoy convencido que usted, señor lector, también. Y su vecino, y su cuñado y su compañero de trabajo.

No hay que ser de derechas, ni de izquierdas, ni del Real Betis, para desear poner freno a determinadas circunstancias, como por ejemplo aquella por la que España se idealiza desde terceros países como un paraíso para delinquir e, incluso, para cumplir pena en una prisión, con tres comidas diarias, tele gratis y otras comodidades que pagamos todos los españoles con nuestros impuestos.

Muy probablemente, la mayor pena que un inmigrante ilegal – o incluso legal – puede recibir es ser expulsado de España y deportado a su país de origen, que en muchos casos y por cuestiones políticas, económica, religiosas o sociales son de por sí una auténtica condena, aunque no se esté entre barrotes.

Estoy a favor de la inmigración de aquellos extranjeros cuyo objetivo sea venir a España a trabajar y a integrarse. Es decir, aplaudo a los inmigrantes honrados que buscan en nuestro país un futuro. Conozco muchos. Son de Marruecos, Rumanía, Argentina, Eslovaquia, Rusia, Cuba, Italia, China, Ecuador, Senegal, México, Reino Unido, Argelia, Dinamarca o Japón. Algunos son autónomos, otros empleados por cuenta ajena y un par de ellos empresarios que generan empleo a españoles y a otros extranjeros. De este tipo de inmigrante nada que decir.

Pero me pone de los nervios los delincuentes. A los españoles o a los inmigrantes legales, cárcel y mano dura. Y a los ilegales, lo que ha venido haciendo Obama y lo que promete Trump, deportación. Y si por pensar eso soy facha, pues lo seré.

 

[cabezon name="José A. Hierrezuelo " designation="Periodista" img="Jose" /]

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