La emisión de un programa de Cuatro contándonos lo que es la panga, como se cría y donde se cría, ha provocado un aluvión de reacciones, entre las asociaciones de padres y madres de los colegios para que la panga y la tilapia sean retirados de los menús de los comedores escolares.
En los mercados, en los congelados, comienzan a verse menos compradores al ver que lo que es un pescado barato y sin espinas, puede ser nocivo o al menos, poco saludable para nuestros organismos.
Pero... ¿qué es lo que comemos y de dónde procede? Porque la rosada que consumimos en los bares y restaurantes de la Costa del Sol procede de nuestras antípodas, de Argentina, de Nueva Zelanda, de Namibia o Sudáfrica, por poner un ejemplo. Las sardinas de nuestros espetos muchas veces vienen de caladeros marroquíes, e incluso de Portugal. Es decir, que ni sabemos ni nos dicen muchas veces de donde procede lo que comemos.
Y eso que en los supermercados nos ponen los carteles, con su indicación, como si fuera el apellido del producto, pero... sabemos en qué condiciones crecen estos productos, qué fertilizantes les echan a las verduras, ¿siguen la exigente normativa europea? o pasa como con los productos llegados desde el lejano oriente, que llevan un distintivo de la Unión Europea pero no pasarían con rigor el examen de nuestras autoridades.
En definitiva que a veces la televisión abre conciencias, crea inquietudes y sirve para informar, no sólo para que se le critique y se le autodenomine "telebasura" la "basura" a veces nos la ponen en el plato sin saberlo.
[cabezon name="José Palacios" designation="Periodista " img="pepepalacios" /]
