Sucesos
[MÁLAGA].- La Policía Nacional investiga la muerte de la mujer fallecida de 77 años, quien según los resultados de la autopsia, podría llevar muerta cerca de un mes. El cadáver estaba cubierto por mantas y la ventana de la habitación en la que se encontraba abierta de par en par. Además, la entrada del piso estaba llena de ambientadores para evitar que el olor se extendiera por todo el edificio. Al parecer, dos de sus hijos y la pareja de uno de ellos que cuidaba a la mujer, estuvieron conviviendo con el cadáver durante todo ese tiempo, según lo que ellos mismos declararon. La incógnita que aún queda por resolver es por qué lo hicieron y no avisaron a la policía ni a los servicios sanitarios.
Según informaron varios vecinos y confirmaron fuentes próximas a la investigación, era la novia de uno de sus hijos quien se encargaba de su cuidado diario, ya que, desde hace tiempo, la fallecida padecía alzhéimer. «Solía salir con ella a la calle y la llevaba siempre muy bien aseada, la trataba con mucho cariño», apunta una conocida de la familia, que solía cruzarse con ellas al salir o entrar del edificio.
El pasado domingo, a primera hora de la tarde, otro de sus hijos, que era su tutor legal, aunque no convivía con ella, acudió al piso y la encontró muerta en su habitación, tumbada sobre la cama y cubierta de mantas. Al parecer, su hermano y la pareja de éste se habían ausentado para ir a una comunión a la que estaban invitados, mientras que su hermana, que también convivía con la madre, estaba durmiendo en otro cuarto de la vivienda.
Cuando halló el cuerpo sin vida de su madre, el hombre avisó a los servicios de emergencias. Los policías confirmaron la muerte y solo a simple vista observaron que llevaba mucho tiempo fallecida. Inmediatamente, avisaron a la comisión judicial para el levantamiento del cadáver.
Agentes del Grupo de Homicidios acudieron a la vivienda para investigar las circunstancias del fallecimiento, dado lo extraño del hallazgo. También acudió la jueza, el secretario judicial y el médico forense. El cuerpo, según las fuentes, se encontraba en avanzado estado de descomposición, aunque las mantas y los ambientadores habían evitado que el olor se propagase aún más. Al parecer, la inspección ocular del cuerpo puso también en cuestión que su estado de cuidado e higiene fuese el adecuado.
El cadáver de la mujer fue trasladado al Instituto de Medicina Legal (IML), con sede en la Ciudad de la Justicia, donde el pasado lunes se le hizo la autopsia. Aunque inicialmente se pensó que se trataba de unos días, las pesquisas apuntan a que podía llevar cerca de un mes muerta; no obstante, el examen forense realizado el pasado lunes queda a expensas ahora de estudios complementarios al microscopio, que determinarán con más exactitud la data del óbito.
La investigación policial se centra en averiguar por qué mantuvieron el cadáver en el domicilio sin amortajarlo, sin hacerle un funeral ni enterrarlo. La nuera que la cuidaba, se mostró desconsolada por la pérdida y afirmó que para ella, más que una suegra, era algo así como una hija –por el deterioro provocado por la enfermedad, que la había convertido, según sus palabras, en un «bebé»– a la que ya no volvería a cuidar. «Estábamos muy unidas y no me quería separar de ella, nadie puede entenderme, pero eso es lo que sentía», manifestó.
