Quienes dicen que arrasaran. Quienes declararon en su día que no les importaba recibir ayuda de Irán, pues una política de izquierda ayudaría a desestabilizar a España y a Europa. Quienes admitían que no les gustaba que las mujeres en algunas cadenas de su televisión usaran velos sobre la cabeza, pero que eso no iba a ser motivo para rechazar las ayudas que pudieran recibir. Quienes afirman que presentaran una moción de censura por la situación en la que estamos viviendo. Quienes usan la corrupción como el peor de los males de nuestra sociedad estando una gran parte de los corruptos en cárcel.
De la otra parte que está en la calle, solo se habla en parte. A ustedes que están dispuestos a apropiarse de la voluntad popular; esa voluntad popular que piensa que con ustedes todo será de color; esa voluntad popular que cree, por su ignorancia, en la que ustedes los han metido, que de la noche a la mañana se va a repartir todo. Que se va a tener una ayuda suficiente para vivir sin trabajar.
A ustedes que no saben lo que es el futuro porque no saben lo que es tener hijos. A ustedes, que en contra del sentido común crispan continuamente la sociedad que gobiernan. A ustedes que tratan de realizar una revolución, encubierta con aires de libertad, característica propia de todas las dictaduras, para someter a la sociedad. A ustedes les digo que se están equivocando. No crispen, no provoquen. Crispar o provocar no son aptitudes de quien realiza un buen gobierno. La crispación o la provocación usa las frustraciones de parte de una sociedad desilusionada para llegar al poder. No usa la razón. No usa un programa. Usa los sentimientos excitados de parte de sociedad.
La provocación y la crispación inventan y manipulan. A ustedes que ya están a punto de tener el poder que desean les puedo asegurar que la sociedad en la que vivimos no quiere revoluciones quiere renovaciones. Quiere mejorar lo que tiene. No quiere una lucha de clases, quiere mejorar la clase. No quiere destruir para crear. No piensen que el voto es un folio en blanco. La responsabilidad salida de las urnas, no es un sí o un no. Eso sería fácil.
La meta del bien común no es un camino de rosas. A veces debe ser sí, y otras será no. La buena convivencia convence que la realidad no tiene un solo tono o color. Pero lo importante es que en cada sí que se acepte y en cada no que, también, se acepte, la sociedad vea que el bien común cada día esta mas próximo.
[cabezon name="Fernando Guerrero" designation="Ensayista" img="guerrero" /]
