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El desaire

Para quien lo realiza solo desatiende a una persona, a un símbolo o a un acto. Para quien lo recibe es una humillación. Está de moda desairar a la bandera de España legalmente establecida como símbolo de la nación española a instancia de los ciudadanos desde el Real Decreto de 13 de octubre1843, firmado por la Reina Isabel II. Desde ese año sus colores han permanecido inalterados salvo en el periodo de la II Republica, de 1931 a 1936.

Hoy ciento setenta y cuatro años después que los españoles de la época solicitaran su reconocimiento como símbolo de la nación, políticos de tres al cuarto careciendo de un programa, de los sentimientos necesarios para realizar un buen gobierno y buscando siempre la provocación y el acoso a quienes no piensan como ellos, pero encumbrados en el poder por quienes incapaces de conseguirlo, el PSOE, no les importa sujetar a cualquier mediocre, no hacen más que humillar a una mayoría de ciudadanos que se sienten españoles y orgullosos de sus símbolos. El último desaire el de la alcaldesa de Madrid, Sra. Carmena, que el dos de mayo, en la celebración institucional de la Comunidad, no rindió honores a la bandera. Politiquillas/os de tres al cuarto que piensan que un desprecio vale más que un buen programa.

Pero hay más. El catorce de abril de este mismo año los alcaldes de Cádiz y de Valencia izan la bandera tricolor de la II Republica, conmemorando su nacimiento, el 14 de abril de 1931. Con ello pretenden reivindicar las libertades. ¿Las de quienes? Tenemos en España nuestra bandera con ciento setenta y cuatro años de historia.

Años buenos y malos los ha habido. De libertad y de dictadura. Pero es nuestro símbolo. ¿Qué representa la tricolor? Se ha demostrado que es el resultado de un pucherazo electoral. No es la panacea que algunos quieren imponer. ¿Han pensado los recuerdos de cinco años de desorden, libertad convertida en libertinaje y abusos del poder sobre la vida de los ciudadanos, que hoy se podría calificar de actos propios de terrorismo de estado? ¿Acaso quienes gobernaban no tuvieron culpa de los desmanes que se produjeron durante esos años? ¿Hay algún político actual que, de la misma manera que se han calculado los muertos en los años de la post guerra, se haya atrevido a calcular los muertos si el frente popular hubiese ganado la guerra? ¿Cuántas monjas, curas, frailes, personas religiosas, o de otros convencimientos, conventos, seminarios e iglesias, hubieran sido asesinadas o confinadas en campo de concentración y los diversos inmuebles destruidos? Ninguno de los políticos que tanto desaires realizan a nuestras actuales instituciones y símbolos son capaces de reconocer que a lo que verdaderamente nos hubiese conducido la II Republica es a la dictadura del proletariado, tal como estaba implantada en la Rusia de entonces, donde se pisoteaban los derechos humanos y se cercó un país entero, para que sus ciudadanos no pudiesen salir, quedando a la dictadura del partido comunista.

Mientras la dictadura del proletariado aislaba a un país del mundo, en España, durante la dictadura franquista, los ciudadanos podíamos salir y entrar, y el turismo campaba a sus anchas, por nuestras provincias, enriqueciendo a la ciudadanía no solo económicamente sino, también, culturalmente.

 

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