MÁLAGA.- El próximo miércoles 17 a las 20:30 horas, se celebrará en la Catedral el concierto inaugural del XXVII Ciclo de Órgano que organiza el Vicerrectorado de Cultura y Deportes y el Cabildo catedralicio. El ciclo de Conciertos de Órgano en la Catedral es el más antiguo de los que organiza el Vicerrectorado de Cultura. Lleva 27 años acudiendo a la cita con los malagueños en el mes de mayo con una notable respuesta del público. Con una asistencia media de 600 espectadores y conciertos en los que se alcanza el millar de asistentes es uno de los que mayor interés concita.
En el acto de presentación de esta nueva edición del ciclo estuvieron presentes la vicerrectora de Cultura, Tecla Lumbreras, el deán de la catedral, Antonio Aguilera y el organista titular de la catedral y coordinador del ciclo, Adalberto Martínez Solaesa. También asistió el organista que protagonizará el primero de los conciertos del ciclo, Pablo Taboada, músico residente en Barcelona que "no conocía personalmente los órganos de la catedral de Málaga, pero en el primer contacto que he tenido con ellos me han causado una impresión fantástica, por el color tímbrico de los registros y la calidad sonora excepcional para unos instrumentos del s.XVIII".
En el acto de presentación tanto el deán como la vicerrectora se congratularon de la colaboración que se da entre ambas instituciones para llevar adelante este ciclo durante tantos años. "Una colaboración –concluyó Tecla Lumbreras- que permite ofrecer unos repertorios fantásticos en un escenario único con lo que se logra una simbiosis perfecta entre dos bellas artes para lograr llenar una arquitectura levantada con sonidos de una fantástica música escrita con piedras".
Adalberto Martínez Solaesa destacó la labor que realiza este ciclo en el rescate de una música, almacenada en los archivos catedralicios y de los propios órganos, porque tanto las partituras como los instrumentos están vivos mientras son disfrutados por las personas. "La música –concluyo- y los propios instrumentos mueren cuando dejan de sonar" y gracias a ciclos como este rescatamos partituras del olvido y mantenemos en plena forma unos instrumentos únicos como estos dos órganos, únicos en España por muchos motivos: por el tamaño, con sus 4500 tubos cada uno, son los más grandes de España entre los construidos en la edad de oro de la organería hispana, por su carácter de duplicidad y, como ha comentado el profesor Taboada, por el color tímbrico y la calidad sonora que atesoran".
