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Las gracias de Celia Villalobos

La nimiedad (según Rajoy) del lamentabilísimo episodio del fiscal Moix, ha dado pie para que nazca una contestación ética (legal) de todos los sectores sociales, hasta las narices de los episodios de corrupción que apadrinan los entornos del PP.

También, a vaguedades de los portavoces populares que no sabían cómo explicar que el susodicho ex fiscal jefe contra la corrupción, lo habían pillado en un penalti de libro, de esos que no aguantan ni el Estatuto Orgánico de la Carrera Fiscal, la moral de los que presumen tenerla, y la más mínima norma de funcionamiento de una democracia avanzada, en sus momentos más bajos.

Cómo Celia Villalobos es incapaz de quedarse callada, ni con el voto de silencio. Se ha lanzado a la plaza con una boutade preguntándose, -"qué a ver si para ser político en España, había que venir de un convento de clausura, pobre de solemnidad".

Tamaña exageración, digna de Fray Gerundio de Campazas, maestro de oratoria, amén de la barbaridad que significa, no merece contestación. Pero evidencia como por las artes de birlibirloque de la democracia, puede llegar a estadios de representación pública y perdurar, personas de racionalidad de Perogrullo, incapaces de usar la retórica, exhibiendo al alza el grito más desaforado de los graderíos de la España cañí, con micrófono y cámara.

Hace unos días celebraba el PP el Congreso malagueño, para darse pisto, habían querido exhibir sus años de gobierno en la ciudad. Me llamó la atención como de costumbre la manera "sui generis" en la que Villalobos, destacó su entrada a la alcaldía, describiendo una Málaga triste, y como ella y los suyos les alegraron las pajarillas a los malagueños.

Amén de faltar a la verdad, tampoco estaba bajo juramento, debiera recordar que ella no obtuvo la mayoría, quizás los que si se podían sentir entristecidos son los votantes de izquierda que perdieron la alcaldía por los desacuerdos IU y PSOE. También le puedo decir con conocimiento que ella tenía, por lo menos Pedro Arriola manejaba, si Pedro Aparicio se hubiera presentado, los resultados de las municipales hubieran sido muy distintos, incluso ella no hubiera concurrido a las elecciones de la llamada "batalla por Málaga".

Posiblemente estaban desconsolados en las filas de los populares, por la dificultad para ganarnos que tuvieron. Siempre supe que estaban muy amargados los que no tocaban bola municipal desde los tiempos de Franco, exceptuando transformistas.

Aunque la que si estaba alegre hasta para bailar La Bomba, con su eterno "donaire" era Celia, donaire que con donaire utiliza Francisco de la Torre para describir las cosas de la ex ministra de las vacas locas.

El ansia por buscar titulares en "roman paladino" (lenguaje popular), manejado a la ligera puede producir barbaridades inconfesables, de primera página.

 

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