Se trata de una de las muchas maneras que el poder tiene para despistar y tratar de manipular a los ciudadanos. Nos encontramos, en España, en una situación de precariedad bancaria que de alguna manera tendrá que arreglar el poder. Europa se nos ha echado encima en todo lo concerniente a las clausulas suelo y los gastos repercutidos en la constitución de las hipotecas.
Ciudadanos que carecen de medios para pagar las actuales hipotecas se ven en una situación de espera. Las ejecuciones hipotecarias están paradas en los juzgados y los importes de los préstamos hipotecarios en mora y con las provisiones de cada uno de ellos, les crea a los bancos españoles una situación insostenible. Para colmo la precariedad laboral va en aumento con lo que la ciudadanía se ve cada día abocada a la imposibilidad de cumplimiento con el banco, y su situación no se arregla.
De pronto alguna mente pensante encuentra la solución. Digamos a la ciudadanía que los alquileres de pisos han registrado la mayor subida en los últimos diez años. A continuación los bancos empiezan a admitir las daciones en pago por las deudas contraídas en los préstamos hipotecarios, con la posibilidad de realizar un contrato de arrendamiento por un plazo, más menos, de cinco años.
Se consigue de esta manera no ejecutar la hipoteca por lo que el desahucio hipotecario no se llevara a cabo. A parte de su complejidad, por las diversas oposiciones que en la actualidad permiten las leyes, un desahucio hipotecario siempre es mal visto desde el punto de vista social. En cambio si el importe de la renta no se paga el desahucio de un arrendamiento es menos conflictivo socialmente y más fácil de ejecutar. Acarrea menos presión mediática.
Hasta aquí, bien. Pero y si los pisos entre prestamos y gastos superan su valor a la hora de realizar la dación en pago. No pasa nada. El banco asume el diferencial negativo. ¿Entonces? Llegaran al banco que ha admitido la dación en pago fondos buitres que compraran las bolsas de pisos a precios de ganga, lo que les facilitara alquilar esos pisos con renta cuyo importe les permita capitalizar la inversión realizada, pues no tiene sentidos que las rentas de los pisos aumenten y la precariedad laboral también. Es contradictorio. Algo no cuadra. Y cuando en los macro números algo no cuadra el diferencial siempre lo paga la ciudadanía.
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