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La foto: Bronca

La Asociación de Periodistas Parlamentarios otorga anualmente un premio a la que consideran la mejor foto del Parlamento. Y este año la foto, de Alberto di Lolly, y realizada en dos mil dieciséis, representa fielmente no solo los aires que entonces azotaban nuestro Parlamento, sino los que los siguen azotando y lo que es peor los aires que los ciudadanos sentimos y sufrimos en nuestra convivencia diaria.

Un grupo de parlamentarios de Podemos rodea a un parlamentario de Ciudadanos. La actitud de los parlamentarios de Podemos lo dice todo. Destaca la cara cercana a la del parlamentario de Ciudadanos del líder de Podemos con mirada fija y manos en la cintura mientras unos del mismo grupo parlamentario le increpan desaforadamente y otros le rodean. Bronca es el título que su autor ha dado a la foto, como no podía ser de otra manera.

Esa actitud desafiante de unos frente a otros en el Congreso se traduce en la calle en una actitud provocativa de unos contra otros para tratar de imponer en la calle sus ideas frente a la de otros que tienen los mismos derechos para defenderlas. La diferencia es que en el Parlamento prevalece la aptitud del parlamentario de Ciudadanos, mientras que en la calle prevalece la actitud violenta de quienes quieren imponer sus ideas.

El caso de la paliza recibida por el torero Canales Rivera, cuando en compañía de una amiga trataba de cenar en un restaurante es el último ejemplo de esa violencia que Podemos trata de transmitir con sus palabras y sus actos. Para colmo tengo entendido que estaban en Cádiz, la de La Pepa, y que ahora gobernada por un tal Quichi debería ser la ciudad de la tolerancia y comprensión hacia las ideas de todos los ciudadanos. Pero no es así.

Ellos quieren imponer sus ideales con su actitud violenta. Carecen de aptitud democrática y de convivencia. Están influenciados por el espíritu de quienes le pagan: Venezuela e Irán. Todos quienes se sienten anti sistema se consideran representados por los parlamentarios de Podemos y sus marcas blancas. Y actúan con la actitud chulesca que dichos parlamentarios mantienen en el Congreso.

Pero claro en el Congreso hay cámaras y en la calle no y sus seguidores agreden e insultan a sus anchas. Es vergonzoso lo de Canales Rivera y la agresión a la mujer que le acompañaba en ese momento y que resulto agredida y maltratada, no por violencia machista, si no por violencia ideológica.

 

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