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El Ayuntamiento de Málaga recibe a los niños y niñas bielorrusos que pasan el verano con familias malagueñas

El Ayuntamiento de Málaga recibe a los niños y niñas bielorrusos que pasan el verano con familias malagueñas

Recepción de los niños bielorrusos en el Ayuntamiento de Málaga.

Afectados por el accidente nuclear de Chernobyl

MÁLAGA.- El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, ha recibido este jueves en el Ayuntamiento a un grupo de 15 niñas y niños bielorrusos afectados por el desastre nuclear de Chernobyl, que han viajado a Málaga para pasar el verano acogidos por familias de diferentes localidades de la provincia.

La Asociación "La sonrisa de un niño", en colaboración con la Fundación Benéfica "Medicinas y Chernobyl", hace posible que estos menores puedan estar durante un periodo de unos dos meses en Málaga alejados de las penosas condiciones de vida que tienen en su país.

Estos niños y niñas bielorrusos proceden de la región de Rechissa y Gomel, situada en el sur de la República de Belarús. Esta es la zona más contaminada del país, ya que se encuentra en un radio de 50 a 80 kilómetros entorno a Chernobyl.

La explosión del reactor nº 4 de la central nuclear de Chernobyl, ocurrida el 26 de abril de 1986, sumió a la población cercana en unas condiciones sociales, ambientales y sanitarias muy graves. Se estima que sus consecuencias son 200 veces más graves que las originadas por las bombas atómicas lanzadas en Hirosima y Nagasaki.

Durante su estancia en Málaga, estos menores, que aún hoy en día siguen siendo víctimas de las radiaciones, evitan vivir durante un par de meses en un hábitat contaminado.

Tras una estancia en Málaga de 50 ó 60 días, regresan a su país con unos niveles de radio nucleidos más bajos en su organismo y con las defensas orgánicas lo suficientemente altas como para podrán afrontar un año más las adversidades ambientales que sufren en sus hogares.

Desde que nacieron estos menores, unos 600.000, reciben una cantidad de radioactividad muy por encima de lo que sus cuerpos pueden resistir. Tanto científicos de diferentes países como las experiencias recogidas por ONGs concluyen que se han observado mejoras en el estado físico y anímico tras las salidas periódicas de descontaminación a otros países.

Son las familias acogedoras las encargadas del sufragar los gastos derivados del alojamiento, manutención y atención integral de los menores. La financiación de los viajes se sufraga, en parte, con la venta de loterías, huchas solidarias y participación en verbenas populares.

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