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Del ocaso y la ocasión en la política

Las anacondas acechantes y las cobras inyectando venenos, han campado a sus anchas por la España política en este estío; sin que se tuviera que recurrir al culebrón de Gibraltar, para sacar músculo hispánico, se acerca el veranillo del membrillo, y, Cataluña enerva la comunicación de los que somos castellanos parlantes sin reservas.

En el PSOE continuamos con nuestras cuitas provinciales, por si no hubiéramos tenido bastantes con la federal, trasegamos con nuestro máximo común divisor, para fastidiar el mínimo común múltiplo con las refriegas por casas del pueblo, al final, por ser nuestro estadio democrático tan plural, esperamos que el resultado sea la suma de todos los sigmas encontrados. –Las urnas repartan suerte.

Lo que no esperaba, por esperado, es que mis paisanos del PP, con ayuda de sus denominadas altas esferas, están queriendo aligerar el tránsito a Francisco de la Torre, y convertir su ocaso público, en la ocasión para que su sustituto, previsiblemente, Elías Bendodo, adquiera ese presumible plus de popularidad que le concedería el bastón de alcalde, ante los desafíos que les representa el efecto Dani Pérez del PSOE, con su intratable exceso de movilidad pública.

Los más aventajados conspiradores persistían en que la renuncia de de la Torre se produciría este verano, ya algunos la fijan en otoño, otros esperan al anuncio oficial del candidato para los próximos comicios municipales en la primavera. Larga es la espera para los que aguardan en el escalafón del tedio, sin otro oficio añadido que verlas venir.

Francisco de la Torre ha sabido ganarse al electorado, y como, Pedro Aparicio, en su tiempo, ha añadido un plus de mayor aceptación electoral, sobre los previsibles resultados de su formación política. Él, vino a sustituir a Celia, nombrada ministra de Sanidad, y tuvo la capacidad de ganarse el voto mayoritario de los malagueños.

Los partidos se creen muchas veces sus propias monsergas endogámicas, presumen de tener una sigla que campea sobre la gracia y el don de los candidatos, poco saben de lo que tanto conocen. El pueblo conserva su propia sabiduría, y aunque a veces se inclina por lo inexplicable, caso Trump, mejor que no lo pongan de cobayas en experimentos partidarios.

Bendodo, ha tenido el escaparate la Diputación, y la presidencia del PP, para darse a conocer, y aunque cómo al militar, el valor se le supone, es más que sospechoso que necesite coger el testigo del bastón de alcalde, para aumentar su cuota de popularidad, porque la de aceptación, por mor de Conejo, y quizás el electorado, puede que esté en entredicho.

De Francisco de la Torre, no se puede decir nunca que estuvo chupando rueda de Villalobos, pero me sobran lecturas, para ver en la opción que baraja el PP para la alcaldía de Málaga, habrá una elección excesivamente doméstica.

 

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