Es el medio con el que hoy se domina a nuestra sociedad. Nuestros gobernantes lo aplican en todas las esferas y latitudes que afectan al ciudadano dando la impresión de que con esos actos hipócritas los problemas de los ciudadanos van a desaparecer de forma espectacular.
Citemos algunos de ellos:

- Violencia de género.- Es una lacra social. Es la manifestación clara y palpable de que en nuestra sociedad se necesita una revisión urgente y profunda de nuestro sistema educativo y de los valores en los que se ha de formar a nuestra juventud tanto en la familia como en los centros educativos.
No cabe para problemas tan grandes como este decir que vamos a manifestarnos o vamos a recoger firmas contra la violencia de género.
La misma expresión violencia de género hace, por si, una diferenciación entre hombre y mujer que precisamente con la palabra genero se trata de evitar. Podremos llamar a la violencia como queramos, pero no es más que la manifestación violenta de un hombre hacia una mujer provocada por multitud de causas muchas de las cuales pueden ser evitadas por nuestra sociedad. Pero claro poner los medios necesita un consenso que es más difícil que solicitar la firma o convocar una manifestación. Entre ellas destaco las siguientes: No es necesario en nuestra sociedad hacer una igualdad de género. Cada género ha de ser respetado en función de los dones y atributos que la naturaleza les ha dado. Y ese respeto hay que inculcarlo desde pequeño.
En todos los aspectos en los que se desarrolla el ser humano el hombre y la mujer son iguales, menos en uno que hace que la mujer sea la reina de nuestra sociedad, dicho sea en la extensión más amplia y completa de la palabra, que diferencia al hombre y a la mujer: la capacidad de la mujer de concebir y tener hijos. Este don de la naturaleza que identifica a la mujer como diferente al hombre es lo que hace imposible la igualdad de género. Una igualdad de género basada en asignar desde pequeños a los niños, por ejemplo, colores neutros o regalar juguetes del mismo tipo a niños y niñas. Da la impresión que la imposición de la igualdad de género tiene algo que ver con eso de vestir todos iguales. O lo que es lo mismo castrar la identidad individual para imponer un criterio colectivo.
La violencia de género en nuestro país no desaparecerá por firmas o manifestaciones. Solo desaparecerá cuando se establezca un plan educativo en el que el esfuerzo, el trabajo y la formación sean la base del desarrollo de los estudiantes, que cuando se incorporen a nuestra sociedad, en vez de haber aprendido a acosar en las aulas de los colegios e instituto, hayan aprendido a respetar al maestros o profesor y a los compañeros de clases, sean hombres o mujeres.
En una sociedad formada de esa manera no habría cabida para programas televisivos, anuncios de todo tipo, comentarios de políticos o presentadores de televisión en los que se les falta el respeto y se presenta a la mujer como un puro objeto del deseo. No exagero: desodorantes que hacen sucumbir a las mujeres, o perfúmenes con los que hacer sucumbir a los hombres, programas en los que el físico es lo que deslumbra, todo menos transmitir la idea del trabajo y del esfuerzo, de los valores del ser humano y del respeto a los demás. Todo cuanto representan es que un físico y un olor cautivan al ser humano.
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