Cecilia Roth y Maricel Álvarez protagonizan este thriller psicológico
MÁLAGA- La directora Vera Fogwill y Diego Martínez sientan a la ira y el rencor para tener ‘Conversaciones sobre el odio’. Este thriller psicológico hace su puesta de gala en el Festival de Cine de Málaga en la Sección Oficial Fuera de Concurso. “Quería hablar de mujeres mayores, me parecía muy importante darles visibilidad porque en general, es más fácil financiar una película a una chica de 20 años que se ve bonita, que a dos mujeres mayores que están enfermas”, admite Fogwill.
Inspirada en la homónima obra de teatro de la productora argentina, Cecilia Roth y Maricel Álvarez mantienen un discurso que radica en la violencia, interpelando qué sentido tienen temas tabús sociales como la depresión. Esta historia se desarrolla durante toda la cinta en una casa sombría como consecuencia de su derrumbe hace 30 años.
La palabra actúa como una daga en el reencuentro entre la manipuladora agente de talentos y su actriz representada. “Me interesaba romper cómo hay que vivir. El personaje de Cecilia ha roto todo, duerme de día y de noche, no le importa nada”. Vera Fogwill da cuerpo a este dialogo, escrito por conversaciones que escuchaba de otras mujeres en escenarios tan cotidianos como el metro o en el supermercado.
Para Martínez, esta película “es la voz de mucha gente” –añade- “los elementos que están muy marcados, como los personajes, la casa y la música. Todos son contrapuntos de generar una reflexión”. Así, los diálogos ponen el acento en discursos que empoderan el mensaje de la mujer. “Cuando hablamos de empoderarnos estamos hablando de manejo de poder y eso hay que eliminarlo. Tenemos que empoderar a las ideas de la mujer”, matiza la cineasta.
En las conversaciones, a veces parece que no pasa nada, y ahí es cuando pueden ser tan hirientes que guarden dolor infectado. “El odio es un estadio del cáncer y el último estadio de la bronca, me pareció importante retratar la historia de estas dos mujeres”, señala la dramaturga.
Esta visión de dos mujeres enfrentadas, cuya angustia termina enquistada por el tiempo, tuvo una tarea ardua para conseguir fondos. “Cada vez que iba a buscar financiación y decía que eran dos mujeres manteniendo una conversación me decían que quiénes eran, de qué hablaban o si tenía una hija joven que entrase a la escena. No entendía eso, cuando dos mujeres se sientan y tienen una conversación hablan diez horas y ni se paran de la silla”.
“Me gusta retratar desde la realidad, para eso tengo que entender a los personajes y juzgarles”, coinciden Fogwill y Martínez sobre el largometraje.” No creo que haya buenos o malos en el mundo, todos tenemos una cuota de compromiso en el mundo y tiene que ver en las elecciones que hacemos y en lo que decimos”.
