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Nada es lo que parece

Nada es lo que parece

Desde que Sánchez llegó al poder nada es lo que parece.

Los doctorados, son falsos y no acreditan nada.

Los Master los pueden impartir personas sin titulación.

Las orquestas las puede dirigir quienes no saben usar la batuta.

La lucha contra la prostitución se convierte en el uso y disfrute de prostitutas que son colocadas en empresas públicas para disfrute de su protector.

El abuso sexual, queda en segundo plano cuando son los alfas de la izquierda progresista quienes los cometen.

Ganar unas elecciones es perderlas, ir sacando menos escaños de una a otra, y gobernar con el resto de partidos minoritarios.

El uso parlamentario propio y necesario de toda democracia es puro espejismo. Se sabe derrotado en el Congreso pues sus socios ya, después de exprimirlo pública y económicamente no le apoyan.

Salir a la calle, no puede. Teme ser abucheado e increpado por una ciudadanía que está cansada de sus mentiras.

La situación económica, a pesar de ser el caballo de batalla de su gobierno diciendo siempre que va como un cohete, pues tampoco.

Dicen los entendidos, no políticos, que existen datos para no ser tan optimistas, como que:

El PIB per cápita no crecerá en el próximo lustro.

La reforma laboral realizada por el gobierno no ha conseguido los objetivos anunciados.

La baja inversión en investigación y los pésimos resultados del sistema educativo siguen siendo un lastre para nuestra sociedad.

El paro permanecerá estancado en el 10/11% en los próximos tres años, mínimo.

El aumento de SMI, tan cacareado por el gobierno, no se corresponde con el incremento de los precios de la cesta de la compra lo que supone que llegar a fin de mes es más difícil ahora que antes que Sánchez entrase en el gobierno. 

La demagogia está destruyendo nuestra democracia. El que los políticos en cada actuación destructiva digan a los ciudadanos que ES TIEMPO DE POLITICA lo que quieren transmitirle es que no se pararan ante regulación alguna pues la política está por encima del bien y del mal. 

Finalmente, recordar que lo que aparentemente es una democracia, cada vez tiene más visos de convertirse en una autocracia, y ahora más que nunca cuando quien gobierna pretende cambiar la ley electoral, pues ES TIEMPO DE POLITICA.

Decía Francisco de Quevedo: Ser tirano no es ser, sino dejar de ser, y hacer que dejen de ser todos.

 

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