La siempre recordada Carmen Olmedo,en su despedida como directora del Instituto Andaluz de la Mujer, cuya creación ella misma impulsó, dijo: “estoy avergonzada por irme sin cerrar antes todos los refugios de mujeres maltratadas. Me avergüenza que la sociedad no les pueda garantizar la integridad en sus propias casas”

Estas palabras, pronunciadas hace más de 20 años, tienen hoy más vigencia que nunca. Y no sólo porque la lacra de la violencia machista siga golpeando casi a diario nuestra conciencia como sociedad sino, lo que es más grave, porque se está impulsando un discurso negacionista de la violencia machista que finalmente deja a las mujeres más solas, más desamparadas, más desprotegidas.
Si Andalucía fue un ejemplo de políticas de Igualdad que empezaron a convertir las justas reivindicaciones feministas en normas jurídicas que garantizaban su aplicación, con la llegada de la derecha al gobierno de la Junta se empezó el trabajo de demolición de lo que se había construido con el impulso del feminismo.
En este trabajo de demolición se aplica la derecha, bien a la manera obscena e insultante de VOX, bien a la manera sibilina y entreguista del PP de Moreno Bonilla.
En el pleno del Parlamento de Andalucía de la semana del 8M, hemos tenido que escuchar a una diputada de VOX calificar de “histéricas” a las feministas, sin que el presidente corrigiese tan insultante expresión.
Pero con ser grave la “testosterónica sobreactuación” de VOX, lo realmente relevante y lesivo para los derechos de las mujeres andaluzas, es que el PP de Moreno Bonilla se haya sumado también a ese ataque al feminismo en Andalucía, poniendo el BOJA al servicio del desmontaje de políticas de igualdad. Y pondré solo tres ejemplos.
El último decreto de simplificación administrativa aprobado por Moreno Bonilla establece graves recortes en los mecanismos legales para garantizar la perspectiva de género en los presupuestos de la Comunidad. Si hasta ahora Andalucía era reconocida por ser pionera en políticas de igualdad, por primera vez en 44 años, el BOJA publicaba retrocesos en las mismas.
El mantenimiento del teléfono para la atención de la “violencia intrafamiliar”. No por la inutilidad del mismo, sino poque fue el símbolo del negacionismo de la violencia machista que VOX impuso a Moreno Bonilla para hacerlo presidente de la Junta de Andalucía.
Finalmente, el constante ataque al tejido asociativo que brinda a las mujeres andaluzas y muy especialmente a las víctimas de la violencia machista, una imprescindible red de apoyo, limitado desde la Junta los medios y la capacidad de actuación.Como antes hemos afirmado, esta política, que desde la derecha se está imponiendo allí donde gobierna, está dejando a las mujeres víctimas de violencia machista más solas, más desamparadas, más desprotegidas.
Podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que el PP está llevando a cabo una involución de 50 años en políticas de igualdad.
Yo no voy a decir que el Partido Popular no crea en la igualdad, pero lo hace de una manera un tanto especial y rancia. Como dijo Núñez Feijóo, “el feminismo de verdad es el de nuestras abuelas”. Y hacia allí nos quieren llevar, 50 años atrás, al “feminismo de su abuela”.
No lo permitamos