De pequeño me solían distraer los desconchones frente a una Iglesia masacrada, corriendo alrededor del Monumento a Torrijos entre olores de castañas y el sin fin aromático del orinar público que la esquinaba. De mayorcete me señalaron que la casa del local de la pollería, fue la cuna de Picasso y que por mor al ludibrio del cura Hipólito en el altar de la Merced, con sus apavadas hipolitinas; el nacional catolicismo tapó el sacrilegio con la sombra de un bloquicidio a tanto el metro cuadrado de lujuria. Ya criado en edil, don Pedro Aparicio me encargó la compra de la Casa Natal del Pintor y su restauración para el peregrinar del mundo mundial.

Quiero decir a fuer de sinceridades que, desde ahí hasta el presente mi querida Plaza sin Merced que le valga, ha estado al trote y albedrío de los comerciantes, y las costosas ruinas del solarito de marras del Astoria, sin primar más estética que los toldos, hasta de marcas multinacionales y los carteles de menús con rimas en euro; como he dicho, sin orientación municipal y las correspondientes ordenanzas que socorran y protejan tanto desaguisado.
De pronto escucho un inquieto ucase SOS de Francisco de la Torre, por salvar la poluta fachada de las Casas de Campo, para despachar unos murales evocadores de nuestra mejor historia, porque al parecer no son a su gusto y están realizados con elementos más modernos y prácticos que los mosaicos del pasado de nuestra tradición –salitre tabernícola. Me he podido enterar que los citados murales de tradición pictórica clásico española y picassiana, serán el fondo de la España Fantasía Sinfónica que estrenara el Ballet Flamenco de Madrid recientemente; amén que pude observar su concurrida atracción que eran objetos de fondos de selfis de muchos visitantes.
De la Torre ha sufrido un chasco visual, pero los que conocemos en algo nuestra reciente historia, que ya empieza a ser Contemporánea, sabemos de sus silencios ante las masacres y atropellos de todo tipo a la imagen de la Ciudad del Paraíso; cometidos en su ayer y hasta en su pasado mañana con el bastón de mando.