Resucitarte con las noticias, tiene el destello de saltarte las lágrimas del recuerdo, esta vez gracias al triunfo de Unicaja: se relataba que Málaga apareció ayer alfombrada de “verde y mora”, los colores de nuestro equipo campeón, bandera que gracias a la intervención de mi alcalde Pedro Aparicio adoptaron nuestros clubs, tomados del escudo de la ciudad de Málaga como referencia, frente a las elásticas blancas y azules provinciales de toda la vida. Si quieren testigos, yo era su edil de Deporte para la ocasión.

Ayer, según costumbre, erré en la ONCE, ni te digo en el lejano Euromillón; como la realidad me hizo huir de las costumbres de los capitalistas, no tengo un duro en Bolsa, lástima, porque desde que el Comandante en Jefe es el copla de Trump; hubiera aumentado mi tesorillo apostando por las multinacionales de Ataque (Defensa para suavizar), dos dígitos han avanzado en los parquets, gracias a poner los presupuestos europeos mirando para la invasión de Ucrania.
El Pacificador, que lo interpretó mejor George Clooney, que el flequillo de don Donald, quiere sacar el hocico de Ucrania y de su eterno conflicto palestino-israelí; firmando de perdedor y perdidos. Para largarle el tomate a las divisionarias tropas europeas, que en Paris se le ha visto el pulso, amén de cagaleta. Lo que será, lo sabemos, porque yo no veo nuestra Semana Santa sin desfiles militares, por ausencia en Kiev y alrededores; tampoco veo a nuestro generalato de la Comunidad dando órdenes a los Mercenarios del silvestre Stallone para arreglar el entuerto Trump.
Los dividendos subieron hasta escala infinita, en las farmacéuticas gracias a los inventos de la Pandemia; las santas desgracias tienen sus agraciados, ahora las guerreras decisiones.
Si fuera fiel a los datos económicos del orbe, me gustaría haberle puesto un ojo, a las donaciones para la campaña del “republicano” de las industrias armamentísticas ¡Siga la pista del dinero y encontrará el que cometió el delito!, dixits Holmes, Poirot y Mortadelo.