Corría el año de 1904 y en el Café Levante se reunían todas las noches los intelectuales de la generación del 98 en una tertulia, creada por el gallego Ramón María del Valle-Inclán.
Una noche del 13 de mayo de ese mismo año, estaban hablando de los españoles y de los distintos tipos y clases de españoles. Entonces el novelista Vasco, Pío Baroja, levantó la voz y dijo:
“La verdad es que en España hay siete clases de españoles… sí, como los siete pecados capitales. 1) los que no saben; 2) los que no quieren saber; 3) los que odian el saber; 4) los que sufren por no saber; 5) los que aparentan que saben; 6) los que triunfan sin saber, y 7) los que viven gracias a que los demás no saben. Estos últimos se llaman a sí mismos “políticos” y a veces hasta “intelectuales”. Estas palabras pronunciadas en 1904 son tan actuales en 2024 como los sentimientos que las inspiraron hace la friolera de ciento veinte años.
Nuestra sociedad está constituida mayoritariamente por los que no saben, por los que no quieren saber, los que odian el saber, porque el saber implica esfuerzo y por los políticos. A que nos conduce un sociedad en la que predominan estos personajillos. Pues lo vamos a ver: Hablamos de feminismo y destruimos a la mujer y somos benévolos con quiénes las violan y maltratan. No exagero. No me refiero a la simple ley del si es si, realizada por leguleyos y picapleitos comedores de un mismo pesebre que caen en la confusión y para no ser atacados de racistas permiten los diversos delitos que en nuestra sociedad cometen quienes procediendo de países de culturas distintas a la nuestra, en donde la mujer es vapuleada e ignorada psíquica, física y moralmente, los silencian. Me refiero a los árabes, moros, africanos en general y algún que otro pakistaní que vienen no a respetar nuestra cultura sino a imponer la suya aprovechándose ademas de quienes lejos de hacer cumplir la ley nuestra la disfrazan para no ser llamados racistas.
Nuestra sociedad se encuentra en la tesitura de pensar que la mejor manera que tienen de vivir en paz es la ignorancia. No quiere complicarse la existencia. A fin de cuentas no hay hijos por los que preocuparse, solo perros: un 20% mas de mascotas que de hijos nacidos. Otro dato, este de carácter económico, hablan para que el pueblo les oiga, de mejorar la calidad de vida mediante la reducción de la jornada laboral en media hora. Cuando una ministra oye a su compañero de economía de decir que ese proyecto habría que adaptarlo, la ministra demagoga llama a su compañero de gobierno “mala persona”. Engaña al pueblo. Les hacen creer que no trabajando y cobrando lo mismo prosperaran. Como si el dinero cayera del cielo y no hubiese que trabajarlo, aunque claro, como el dinero publico no es de nadie(Carmen Calvo) , pues con ese dinero se puede pagar.
Pero nadie dice que el dinero publico sale del trabajo privado: es decir de las empresas. Y a la fuente de riqueza es a la que esta ministra quiere destruir como comunista que es. Que piense el ciudadano que el comunismo engaña constantemente ademas de privar de las libertades sociales a los ciudadanos. Recuerden que el comunismo vendía el paraíso tras el muro de Berlin, y cuando callo el muro solo había alcoholismo y pobreza.