En día cercano e incierto me llega por la Nube, un recorte de una rueda de prensa de la campaña de nuestras municipales de 1991, con un comentario de mi querido Fernando Arcas, certero y sincero, pero rezado a la etérea política; acompañan en la foto a nuestro candidato Pedro Aparicio, Salvador Clotas y Rafael Ballesteros; destacan en el titular las palabras del alcalde, justificando -las grandes inversiones culturales porque sirven para generar turismo-.
Acostumbrado al seguimiento de la prensa, me encanta el lugar y modo dado en nuestro periódico decano a la comparecencia, parece de su interregno de vocación abierta, sin sus corsés editoriales obligados. Recuerdo aquellos días en a las que nuestros modestos proyectos culturales se les criticaba como obras faraónicas;-imaginen si se nos ocurre el Museo de las Gemas para unas horas de Francisco de la Torre. En aquellos tiempos, la pérdida de Torremolinos, provocó un déficit local de infraestructuras hosteleras y destacó la necesidad de que en nuestro Plan Estratégico, pusiéramos el Turismo, junto a las Nuevas Tecnologías y la Cultura, como base de nuestra acción para el desarrollo de Málaga.
Para empezar los empresarios del paisanaje, trataron de impedir el nacimiento del Parque Tecnológico; los del Patronato de Turismo la simple expresión de turismo cultural, me llevó a hacer un mutis por el foro, para traspasar su silencio despectivo ante mis palabras urgidas por nuestra labor municipal con Picasso.
Estoy por ver ahora, en los días de resuello tras las inundaciones y el último raquetazo de Rafa, si todavía están en la ecuación periodística la necesidad de los espacios culturales. El franquismo se vivió en el nau-fraguismo de los sesenta, de encargar películas para celebrar las notas de nuestra producción en el sector turístico; de ahí nació el jocoso film, El Turismo un Gran Invento, el que traspaso sin más a la Cultura.