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Málaga para vivir

Al contrario de otros municipios, la Málaga democrática en 45 años, ha conocido dos alcaldes y una alcaldesa; los de Pedro Aparicio creíamos que sus dieciséis años en la Casona del Parque, iban a batir records, pero ha sido Francisco de la Torre  el  que más cuatrienios ha acumulado, después del interruptus de Celia Villalobos. 

Por antaña  experiencia, sé que no son fáciles las longevas estancias en las alcaldías, porque a la vista está el mapa nacional en el que las urnas, en su inmensa mayoría, tienen las varas de mando de usar y tirar cada mandato y menos. Así que casi en las antípodas de su pensamiento político, desde que pensé en esas cosas, vengo  reconociendo los méritos de De la Torre para convencer al paisanaje.

 Claro qué la repetición exitosa, amén del aburrimiento, tiene el hándicap de los  desvaríos. Como un maná se instaló en nuestras casas del casco central y las cercanas al rebalaje, el turista de quita y pon, creando de su ocio un negocio, que por mor del provecho económico de los propietarios de las viviendas, han dejado sin techo a miles de malagueños, ocupando hasta las más humildes barriadas.  

Evidentemente, cuando se sigue con la comba de los objetivos trazados en nuestro primer Plan Estratégico, en el que junto a la Tecnología y la Cultura, teníamos que poner en nuestro punto de mira el Turismo, y más, desde el desmembramiento de la antigua barriada de Torremolinos. Los aumentos del deseo foráneo de llenarnos la Ciudad del Paraíso, entraban de lleno en la partida de parabienes, situándose el primer edil como líder del tropel de guirilandia. 

Ahora la necesidad de viviendas nos ahoga a los 29/barra de la ciudad; por lo que de nuevo se ha convocado una manifestación para el 9 de noviembre, si la DANA no lo impide, dirigida por la plataforma MÁLAGA PARA VIVIR. 

Todas las miradas y gritos se dirigirán contra las autoridades incompetentes, en especial el que más años acumulan al mando, por más que don Francisco de la Torre, se haya caído del caballo y ahora reniegue de su antigua fe en los PISOS TURÍSTICOS.

 

Curro Flores

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