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La soberbia de un gobernante banal

La filosofa alemana Hanna Arendt, 1906-1975, decía que “mentir constantemente no tiene como  objetivo hacer que la gente crea una mentira, sino garantizar que ya nadie crea en nada. Un pueblo que ya no puede distinguir entre la verdad y la mentira no puede distinguir entre el bien y el mal. Y un pueblo privado del poder de pensar y de juzgar, está, sin saberlo ni quererlo completamente sometido al imperio de la mentira. Con gente así puedes hacer lo que quieras”.

La banalidad del mal es un concepto acuñado por Hanna Arendt para describir como un sistema de poder político puede trivializar el exterminio de seres humanos cuando se realiza como un procedimiento burocrático ejecutado por funcionarios incapaces de pensar las consecuencias eticas y morales de sus propios actos.

Los actos que provocan crear un pensamiento como el anterior no son otros que los que se cometieron durante el dominio del fascismo en la Alemania de la segunda guerrea mundial. 

Salvando las diferencias nos encontramos en nuestra sociedad con una situación parecida a la criticada con su pensamiento de la banalidad del mal.

Como es posible que en una sociedad que ha pasado de un régimen autoritario/dictatorial a una democracia esté en la actualidad convencida de que las atrocidades políticas, personales y familiares del presidente allegado al poder sean apoyadas por un núcleo de su partido, es lo verdaderamente preocupante, y por la representación departidos minoritarios que van en contra de los intereses del país que gobierna el allegado.

Como es posible que haya en el Congreso quien aplauda hasta la saciedad las tropelías de quien discrimina y excluye de manera constante a quienes no piensan como él.

Como es posible que haya a día de hoy quien considere que el allegado al poder hace cuanto sea necesario para el bien común, cuando España es uno de los países de la Unión Europea que mas pobres  crea por la situación económica en la que se encuentra.

Como es posible que existan personas que consideren que la destrucción de los pilares de la democracia son un avance del progresismo.

Han pensado ustedes que hubiese ocurrido si todo lo que el sanchismo esta haciendo lo hubiese realizado un partido conservador.

Pues bien, a quienes piensan que esto es progreso les recuerdo que los violadores campan a sus anchas, los asesinos etarras salen en libertad sin cumplir las penas de prisión a la que fueron condenados por los asesinatos realizados, que en Andalucía donde se produzco el mayor robo de dinero publico de todos los tiempos se les ha perdonado o reducido las penas a quienes fueron condenados por el gran desfalco de los ERE. Que, igualmente, el escándalo de la Faffe está siendo tapado a pesar del dinero gastado en drogas y prostíbulos, y para colmo en un alarde de avance social se ataca al cristianismo y se le da cuartelillo al islam donde los derechos humanos y de las mujeres son pisoteados continuamente.

Y todo lo anterior permitido por quienes ocupando puestos de responsabilidad no piensan en las consecuencias que tengan su actuación para el país en el que viven y despreciando a quienes no están en su bancada política.

Salud a quienes no piensen como el actual gobierno y fortaleza y constancia para seguir haciendo oposición, cada uno desde donde pueda.

 

Fernando Guerrero

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