Prácticamente todas las economías europeas enfrentan dificultades para el acceso a la vivienda. Y en nuestro país la situación no es diferente. Según datos del Banco de España, hacen falta 600.000 casas para compensar el desequilibrio entre lo que se construye y los nuevos hogares que se forman, viéndose especialmente afectados los más jóvenes.
En el caso de Málaga, el equipo de gobierno del PP es consciente de los obstáculos de muchas familias para acceder a una vivienda y aunque nos gustaría que los desarrollos y la tramitación fueran más rápidos, nadie puede dudar del esfuerzo del Ayuntamiento de Málaga en este asunto, sin tener las competencias ni los recursos económicos suficientes.
Llevamos años promoviendo y construyendo viviendas a precio asequible, con 5.339 entregadas en nuestra ciudad desde el año 2000 y más de 500 millones de euros invertidos. Por ello, cuando vemos a dirigentes de partidos políticos como el PSOE querer darnos lecciones sobre vivienda no podemos más que mostrar la realidad: el anterior Gobierno socialista en la Junta, en el mismo periodo, entregó 98.
Y siendo conscientes de la elevada demanda actual, el año pasado pusimos en marcha el Plan de Vivienda y Suelo 2023-2027, que contempla la construcción de 8.900 nuevas viviendas protegidas (4.100) y libres (4.800) en régimen de alquiler y venta y 4.700 actuaciones de ayudas al alquiler que beneficiarán a 13.600 familias. La respuesta del portavoz socialista y líder del PSOE de Málaga fue decir que dicho documento era “una porquería”. Actualmente, el plan municipal supera el 53% de ejecución.
La vivienda no debe utilizarse como arma arrojadiza sino que debemos dar respuesta desde todas las administraciones a un fenómeno que nos preocupa. Por ello, no podemos tolerar mentiras. Actualmente, el Ayuntamiento promueve más de 2.200 nuevos pisos a precios asequibles en la capital, a los que se sumarán en un futuro otros 1.000 en Soliva oeste tras el anuncio de la pasada semana. Este hecho contrasta con la dilatada inacción del PSOE, primero durante los 37 años que estuvo al frente de la Junta de Andalucía y, ahora, desde el Gobierno central porque ¿dónde están las 10.000 VPO que prometió el PSOE en la campaña de las pasadas elecciones municipales, hace poco más de un año?
Málaga es la primera ciudad del país en inversión en vivienda pública por habitante según el Observatorio de Vivienda y Suelo, dependiente del Gobierno, en 2020. Por eso, llama poderosamente la atención que los socialistas mientan a sabiendas y digan que el alcalde no ha hecho nada. No hay mejor imagen para desmontar las falsedades del PSOE que ver con nuestros propios ojos las más de mil viviendas en construcción actualmente en el sector Universidad, pero también las que ya pueden disfrutar muchas familias malagueñas.
El Gobierno de Sánchez, con un presupuesto prorrogado y previsiblemente sin cuentas también para el próximo año 2025, no ha aportado ni un euro de financiación proveniente de fondos propios para impulsar la creación de vivienda en Málaga.
No podemos dejar de lado tampoco que la Ley de Vivienda del Gobierno de España, con apenas un año de vigencia, ha fomentado el alquiler turístico frente al alquiler de larga duración al dejar desprotegido al propietario ante fenómenos como el de la inquiokupación. Esto ha llevado y está llevando a la ruina a personas que complementaban su sueldo o su pensión con una renta de alquiler y que ahora están pagando los suministros al okupa que tienen dentro de las viviendas de su propiedad.
Tenemos a un presidente del Gobierno cercado por las investigaciones policiales y judiciales a familiares y cargos socialistas y siempre más preocupado por contentar a sus socios independentistas que por solucionar los problemas del país.
El Partido Popular de Málaga no se cansa de denunciar la discriminación y el castigo a una provincia que, en menos de una década, verá crecer su población por encima de Andalucía y del total del país. Somos uno de los territorios más dinámicos de España y que necesita urgentemente inversiones y proyectos que no hemos visto en seis años.