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Romerías al rap

La tractorada festiva quita el hipo tirando de carrozas adornadas, al leal saber y entender folclórico de los romeros urbanos a orar sin esclavina, porque la amiga de la Virgen de la Cueva y el santo del lugar, aneguen la sequía. 

Los festivos peregrinos palmean sin bordón, caminos del escaso solar que todavía le dejó el pino al ladrillo en la Costa del Sol. El día vaciará la vianda y los tragos del carro musical; a ritmos flamencos, populacherías, raps y el chocolatero; las niñas, las africanas y las asiáticas de faralaes bailan que bailan, hasta los mellizos del carricoche; el pueblo internacional le hace el despido con alegría, el gesto de juerga y sorpresa. 

Ser de campo por un día, es evocar la historia de nuestras urbes, de semáforo y carril bici, a la acequia por caminos de chapulina al hombro. Los bueyes de alquiler, marcan el paso de trono del cortejo, el andar del Santo provoca el atasco de los domingueros, sorprendidos por la devoción de embotellamiento de los vecinos de al lado. 

El alcohol hace vela trasnochando gaznates; mientras se cruzan los desaires por los cambios de aire en los jefes de Cultura y Urbanismo en la Casona del Parque. Amén.

 

Curro Flores

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