Pateras y cayucos. Observen, por favor, un mapa de la Península Ibérica. Para llegar a la Península antes que las playas de Cádiz, Huelva o Almería está el Peñón de Gibraltar. Cuantos emigrantes desembarcan en el Peñón. Ninguno, al menos no salen en los medios de comunicación. Curioso.
Veinticinco millones de musulmanes viven en la actualidad en los veintiocho estados miembros, de la Unión Europea, la totalidad de estos estados declarados laicos y en los que se ignoran los valores judeo cristianos pero se fortalecen las costumbres y tradiciones de la religión musulmana hasta tal punto que de manera coloquial se habla de cultura musulmana y no de religión musulmana.
En países laicos en los que están implantados los musulmanes les resulta mas acorde con sus criterios hablar de cultura que no de religión.
Bruselas ha ido enterrando las raices cristianas del viejo continente y camina imparable a convertirse en un continente musulmán. Décadas de políticas favorables al Islam y a la inmigración masiva han provocado refleja un cambio de tendencia que refleja que la evolución demográfica es ya incontenible.
La asistencia masiva de musulmanes en Europa está produciendo la invasión cultural de nuestra sociedad europea. De entrada el indice de natalidad de las mujeres musulmanas, 2,9, es superior en un punto al de las europeas, 1,9, lo que producirá un aumento en la población de descendientes musulmanes.
A esto habría que añadir la obligatoriedad de aceptar la religión musulmanas y todas sus normas por parte de esa descendencia lo que produciría un mayor número de ciudadanos en países laicos de religión musulmana imponiendo sus reglas tales como la que afecta a la mujer, a la carne de cerdo o las fiestas del Ramadam.
Es importante en este contexto recordar a la escritora y periodista Oriana Fallaci y su libro La Rabia y al Orgullo.
En el año 2001, tras los atentados de las Torres Gemelas Oriana Fallaci escribió el libro “La Rabia y el Orgullo” de donde extraigo el contenido de los siguientes párrafos:
“Hay momentos en la vida en los que callar se convierte en una culpa y hablar en una obligación”.
“Los 15 millones de musulmanes que hoy viven en Europa (¡quince!) son solamente los pioneros de las futuras oleadas. Y créanme: vendrán cada vez más. Exigirán cada vez más. Pues negociar con ellos es imposible. Tratarlos con indulgencia o tolerancia o esperanza, un suicido. Y cualquiera que piense lo contrario es un pobre tonto”. Era 2001. Han pasado 23 años. Hoy viven en Europa 25 millones de musulmanes.
Oriana, se fue en 2005 a Wall Street a decirles a los ricos que financian la cultura woke multicultural y verde que nos están imponiendo que “Europa ya no es Europa. Es Eurabia, una colonia del Islam. El servilismo hacia los invasores ha envenenado nuestras democracias con consecuencias obvias para la libertad de pensamiento y para el concepto mismo de la libertad”.
Libertad. Esa es la palabra clave. La libertad con la que nos llenamos la boca. Hoy ya no es sólo «comunismo o libertad», hoy también es «Islam o libertad». Porque son, sencillamente, incompatibles el comunismo y el Islam con la libertad.
Europa parece asomarse a su propio suicidio. Incapaz de afrontar los problemas de identidad cultura y geográfica sus principios de libertad quedaran sometidos y destruidos por la implantación de a religión islámica y los principios dictatoriales de Rusia y la influencia de las democraturas latino americanas.
Europa debe reflexionar y quizá a corto plazo tenga la oportunidad de reconocer que es lo que verdaderamente ha ocurrido en Francia: De que se ha librado Francia, o a que se ha condenado Francia. Veamos el tiempo que nos dice.