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El trile y la política

No está la situación política como para ser optimistas. Tenemos al frente de nuestro gobierno un grupo de personas que han conseguido que la política sea lo más bajo de nuestra sociedad.

Han conseguido que la mentira sea el camino del ascenso. La condena por terrorismo, un motivo para ir en las listas de gobierno. Y haber asesinado a un paisano el pódium de la falsa democracia que ellos han creado: de asesino a autoridad. Es difícil de entender. No creo que haya ningún otro país en el que haya ocurrido algo similar.  Y todo ello, ¿por qué?

La debilidad de la mentira, causante del ascenso de Pedro Sánchez, le ha obligado a incumplir todas aquellas afirmaciones que realizo en sus comparecencias y en campaña electoral. De no incumplir sus afirmaciones hubiese estado avocado a convocar elecciones y la posibilidad de perderlas no entraba en sus planes una vez acariciado el poder.

¿Qué hacer entonces? Lo que ha hecho. Lo primero, rodearse de un elenco de personas sin escrúpulos que le han bailado el agua, cuantas veces han sido necesarias. Algunos de ellos han debido quedarse en el camino después de demostrar un servilismo impropio de una democracia.

Aun estando amparado por ese grupo incondicional de personas su base sique siendo de barro, pues es la mentira. La mentira, tarde o temprano, arrastra a quien la mantiene.

La mentira envuelve al mentiroso haciéndolo más débil  a medida que pasa el tiempo y cada vez que se usa contra el adversario vuelve contra quien la tira como pelota en un frontón. Con más fuerza.

El mentiroso sabedor de su debilidad manifiesta un comportamiento soberbio palpable en los gestos y andares, y sintiéndose tan débil ante la sociedad a la que pretende engañar se esconde de ella sabiendo que su presencia no es agradable y que recibirá algún que otro improperio. Se acobarda. En su miedo trata de hacer y crear situaciones con las que impresionar siendo el resultado peor para la sociedad a la que gobierna y en apariencia mejor para él, pero en realidad lo único que hace es acrecentar su debilidad. Es manifiesto en este caso el cambio de política respecto al Sahara.

En el ámbito del gobierno usa los tres pilares de toda democracia, el poder legislativo, el ejecutivo y el judicial, como los tres vasos que se usan en la estafa del trile para dar a todos sus actos y a los de sus socios apariencia de legalidad.

La bola del trile la usa como bola mágica que cada vez que los ciudadanos la ven parece como si de ella salieran todos los deseos necesarios para equilibrar una sociedad que no da crédito a que, todavía, haya un número importante de ciudadanos que le vote. Una vez que enseña la bolo mágica, esta desaparece.

Pero el problema no acaba en las urnas. Ellos, a quienes ha mantenido en el poder, lo trasladaran a la calle. Trataran de convencer a la ciudadanía que la verdadera democracia está en la okupación de viviendas, quema de contenedores, cortes de tráfico, manifestaciones continuas de unos pocos que realizaran verdaderas algaradas para aparentar ser más, e igualmente cuando una verdadera gestión económica implique ajustar y no despilfarrar gritaran que el estado de bienestar social está en peligro. En ese momento habrá que recordarle a este grupo de mal ciudadanos que han despilfarrado el dinero público que a día de hoy la deuda de nuestro país es de mil quinientos cuatro billones de euros.

 

Fernando Guerrero

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