Setenta años excavando sus trabajadores con pico y pala en la piel de toro, le han servido a la familia del Pino para estar en el ranking de las inmensas fortunas de los forbes-ricos nacionales. Sudores en torrentera y me expliquen las plicas, con más apaños que un tute subastao.
Don Rafael, el jefe de la familia Ferrovial, hace tan solo un mes se mostró tan lisonjero con Feijoó que, esperaba su triunfo para tener en España un gran plan inversor. Uno no puede creer que el señor Del Pino, crea a pie juntillas las llamadas encuestas Tezanos, pero por el arte de birlibirloque, ha invertido su patriotismo, para llevarse el papelaje a Flandes.
Como es obvio el Ejecutivo ha puesto el grito en el cielo; sentenciando el presidente Sánchez: -“La Patria no es solo hacer patrimonio, es ayudar a tu país”; como si las orejas del dinero, captaran tanto el espíritu quijotesco como Rucio, el asno de Sancho.
El huracán de Finisterre, don Alberto, se ha hecho el longui, afirmando que no hay peligro para que el resto de las empresas del IBEX se vayan de parranda fiscal. La SEOPAN, patronal de las constructoras, defiende a la huidiza, para criticar al gobierno por sus descalificaciones a los ferroviales. Parece que ha bajado el mercado de retroexcavadoras, por la subida insólita de la venta de los camiones de mudanzas.
Los de supervivencia, pendientes del coste de la ristra de chorizos, llevamos la vida sin extrañarnos de nada, porque lo nuestro es el billete para jubilados gratis y la cuota del OCASO. Tengo demasiados parientes deslocalizados de los olivares en lenguas extrañas; La Supercopa de España se celebra en Arabia Saudí; nuestro Emérito se fue con los Reyes de Oriente por deméritos propios. En fin, la parada no me aleja de la consulta, no está mi médico en Holanda todavía.
