Los de mi generación, al igual que mis predecesores, hemos crecido en lo que políticamente se identificaba como el gran feudo socialista. Una tierra donde las oportunidades eran las que eran, siempre escasas; y con cierto complejo de segundones, a tenor del escenario que pintaban todos los indicadores económicos y sociales.
No en vano, Andalucía lideraba los índices de paro y de abandono escolar, al tiempo que provincias como Málaga albergaban el dudoso honor de encabezar el ranking de menos camas públicas por habitante de todo el país.
La joya de la corona, la sanidad pública, se fue debilitando mientras crecían los delirios de grandeza de unos dirigentes que se creían intocables. Los mismos que decían que el PP nunca gobernaría la Junta y que presumían de banderas que a duras penas podían sostenerse.
Un escenario que cambió hace tres años y medio, cuando los andaluces apostaron por el Gobierno del cambio y se abrieron las puertas y las ventanas de San Telmo. También los cajones, esos en los que encontramos medio millón de pacientes ocultos de las listas de espera sanitarias y más de 35.000 pendientes de valoración de la dependencia.
Una ingente administración paralela y no pocos casos de corrupción mermaban la credibilidad de esta región, posibilitando que comunidades como Asturias atrajesen mayor inversión extranjera que Andalucía.
Pero todo eso ha cambiado. Ahora esta tierra lidera el número de autónomos en España, por delante de Cataluña y Madrid, algo impensable hasta el pasado año. También encabezamos las exportaciones y el descenso en el número de parados.
Hoy por hoy, los andaluces empiezan a creerse el potencial de esta tierra y gigantes como Google ya nos eligen para instalarse y generar empleo y riqueza. Por primera vez, la tasa de abandono escolar ha bajado del 20%, la oferta de FP ha crecido como nunca para sumar el próximo curso 236 nuevos cursos de especialización y ahora funcionan centros de referencia como La Cónsula, La Fonda o el CIOMijas.
Pesa a la pandemia, en estos tres años y medio se han iniciado proyectos históricamente demandados como el Tercer Hospital, el Puerto Seco de Antequera o el Plan Guadalmedina, mientras que el metro llegará al centro tras una década de retrasos y se han solucionado los problemas de acceso al PTA.
Todo ello bajando impuestos a los andaluces y reduciendo las trabas burocráticas para favorecer la inversión, recaudar casi mil millones de euros más y ganar 280.000 nuevos contribuyentes y casi 82.000 residentes más.
Por eso, fruto de esa gestión, el Gobierno de Juanma Moreno ha consolidado su liderazgo, haciendo historia al conseguir la primera mayoría absoluta para el PP en Andalucía. Porque una cosa son los hechos y, otra, las palabras; porque el diálogo social y el consenso han sido claves para mejorar las condiciones de 72.000 trabajadores sanitarios y porque los docentes verán equiparado su sueldo al de resto de comunidades tras más de 20 años reclamándolo.
Podemos decir que el domingo ganó la moderación y el talante sereno de un presidente que ha sabido gestionar para todos; pero también es de justicia reconocer que nos encontramos ante el Ejecutivo andaluz más reformista y cumplidor de la historia.
Y los andaluces han sabido valorarlo. A todos ellos, gracias por ayudarnos a reescribir la historia para que nuestra tierra siga avanzando.
[cabezon name="Elisa Pérez de Siles Calvo" designation="Portavoz del Grupo Popular Ayuntamiento de Málaga" img="Elisa" /]
