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El divorcio es cosa de ricos

" El pediría en caso de divorcio la mitad de todo: medio sofá,medio televisor,media casa de campo,medio kilo de mantequilla, medio hijo..."

He querido comenzar mi reflexión marciana de este incipiente octubre con estas palabras de la escritora danesa, automuerta en 1972, Tove Ditlevsen. Me encanta la política, la actualidad y realizar modestos y personales análisis de lo que ocurre en estos tiempos vertiginosos y extraños, pero hoy me gustaría hablar de un drama económico y emocional que afecta a las personas menos pudientes, sobre todo: la separación o el divorcio cuando hay hijos en común. Y es que a perro flaco todo se le vuelven pulgas.... Ser pobre es una situación angustiosa per se...En mi experiencia vital y profesional he comprobado el empobrecimiento humano y económico que lleva aparejado la separación de dos personas con vástagos y pocos recursos económicos...la teoría es una cosa (buscar la felicidad porque nos la merecemos) y la realidad otra bien distinta...Honestamente creo que no hay nadie que salga emocionalmente intacto de una ruptura, con los daños colaterales para los principales afectados: los hijos de una relación de amor frustrada...

Está comprobado que la decisión no consensuada de acabar una relación saca lo peor de los seres humanos...cuando lo que se ha construido en común se rompe, ambos miembros de la pareja pretenden, creen y enarbolan la razón, "su razón"...y sé de lo que hablo porque yo pasé por ahí...y duele mucho...a ambos le produce dolor. Un divorcio es el fracaso de un proyecto de vida en común...y la disolución de una sociedad económica...se dividen los bienes y se multiplican los gastos...Se reivindican sentimientos paternales o maternales que no se han ejercido en condiciones con anterioridad...se esgrime el bien de los hijos cual dios en guerra santa...se empieza a estirar una cuerda que, no me cabe la menor duda, en el mejor de los casos queda resquebrajada: el bienestar DE VERDAD de los infantes...

Ayer tuve un juicio en materia de familia y, una vez más, fui testigo del futuro empobrecimiento de un padre(podría haber sido una madre) que, por circunstancias particulares, no puede ver ni contactar con su hijo...me produce una tristeza infinita esta situación...y , aunque parece que todo va orientado al favor filii, me entran unas dudas tremendas de que ello sea así verdaderamente...Y es que...cuando la pobreza entra por la puerta...el amor salta por la ventana...salta hasta el amor paternofilial...

No soy moralista, dios me libre, ni defensora a ultranza de la familia tradicional ...me decanto por la libertad sentimental absoluta, en el sentido de que cada persona haga con su vida íntima lo que considere conveniente...pero asisto habitualmente a la liza del odio y el reparto de lo poco entre quienes se amaron a tal punto de tener hijos en común que no puedo evitar la sensación de pérdida e impotencia....y es que hay mucha alma rota por ahí....la mía lo estuvo mucho tiempo....espero y deseo que la de mis hijos, no.

Porque hoy sigue siendo martes, espero que te cases y te embarques...pero con separación de bienes...es más higiénico en caso de ruptura...

Mucha fuerza y mucho ánimo en este medievo moderno...

[cabezon name="Encarnación Páez" designation="Abogada" img="paez" /]

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