Por primera vez en quince años ha sido reprobado Francisco de la Torre a través de una moción de la socialista María Gámez, por dieciocho de los treinta y un concejales, tras el nombramiento de un ex edil Raúl López como gerente de la empresa de aparcamientos SMASSA, valiéndose de la mayoría que conforman en el consejo de administración los miembros populares junto a la representación privada.
Evidentemente el alcalde de Málaga tendría un magnífico listado de reprobaciones en estos quince años, de no haber ostentado mayorías absolutas hasta la actual legislatura. Me sale temario para no acabar, aunque la joya de la corona la podemos situar en el despilfarro del otro "ex" Museo de las Gemas, pendiente de juicio.
De la Torre le ha buscado aparcamiento y acomodo a diez ex concejales en esta legislatura y la anterior. Como es un hombre con quinquenios en todas las políticas malagueñas, seguro ha leído el prologo de El Príncipe, de Niccolo dei Machiavelli, y el más reciente documento de Hans Magnus Enzensberger, "Compasión por los Políticos. Por eso se le ve tan piadoso con sus antiguos compañeros de bancadas. Cosas del "partidismo".
Las reprobaciones salvo para un que te chinches mutuo, tienen menos valor que una tarjeta amarilla en el terreno de juego, salvo para los Ciudadanos, partido, que pueden quedar en evidencia y convertirse en una muleta insustancial de los caprichos de los Populares, partido.
Juan Cassá, portavoz de Ciudadanos, ha reprobado al alcalde, pero después no se ha sumado al resto de la oposición para censurar el nombramiento del nuevo gerente de la empresa de aparcamientos, por ajustarse a ley. Es decir que se ha rizado el rizo de la coleta para dejar las cosas en aguas de borrajas.
María Gámez y el resto de la oposición tendrán que agudizar el ingenio, para evitar que las reprobaciones no se las tome el alcalde como leves gajes arañazos en el bastón de mando. Para que puedan constituir las incontestables pruebas públicas de la necesidad de un voto de censura. Y a ver de qué va Ciudadanos, si de halloween, carnaval, nazareno o de corto, cuando se vea en la tesitura de tener que dar la cara, y pueda dejar el San Benito de ser la marca blanca del PP.
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