España, tan autonómica, como sabemos, ha sancionado los Presupuestos generales del Estado, con el PP a la contra de las cuentas presentadas por la ministra María Jesús Montero, era lo previsible y amén.
Hoy, en el Pleno de la capital de Málaga, los gobernantes populares, llevan una moción, para expresar su irritación por la falta de atención de doña María Jesús con la ciudad.
La impronta municipal, sería reconocida por el celo de nuestros gobernantes locales por todo lo que debe beneficiarnos; pero, al oír esta mañana las noticias, no he visto otra cosa que las consignas partidarias para armar revuelo sirviéndose de la mayoría de ediles; por qué, muy sencillo, del listado de obras ausentes reclamadas como necesarias, algunas vienen de los tiempos, en los que presupuestaban Aznar, ZP, Rajoy..., con mayorías de gobierno local de Celia Villalobos y Francisco de la Torre, y mi memoria no recuerda que se llevaran a pleno las inversiones que ahora se requieren.
Normalmente a los gobiernos municipales, les sentaban como un tiro, las mociones variopintas de la oposición, ajenas a las competencias explicitas del consistorio. Muchas veces derivadas de asuntos estatales, autonómicos y hasta de la Guerra de las Galaxias; la cosa era sacarle los colores al alcalde de turno, con matices ideológicos.
No sé, si por la moción socialista por el escabroso tema del aparcamiento de Pio Baroja, y para sacudirse las pulgas; los populares responden contra los presupuestos nacionales. Mejor preguntarle a los vientos de calima.
A mí, conocedor de la plaza, me duele que todavía vamos por el capitulo introductorio de las obras de los Baños del Carmen. Del acceso norte al Aeropuerto Pablo Ruiz Picasso, desde el Parque Tecnológico, vengo a recordar que hace ya muchos años solares, departíamos Pedro Aparicio y yo, en una sala del aeródromo con el ministro del gobierno de Felipe González, Alfredo Pérez Rubalcaba; al que se le expuso la urgencia de la obra del referido enlace, con correcta acogida por su parte. Imaginen lo que pienso de su tardanza, tanto como cuando me pongo a pensar en el Auditorio.
En fin, titularillos periodísticos de ocasión, para aburrirme más de quién ostenta el bastón de mando; al que podríamos rojo sobre su azul, si los presupuestos generales se participaran por barriadas, tomando en cuenta las auténticas necesidades de nuestros castigados urbanistas.
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