Me encuentro en Facebook con un comentario de Julián Álvarez Ortega, ex secretario general de lo que un día en la noche de los tiempos fue un partido político, el Andalucista. Formación que entró en barrena durante el mandato del entonces joven y supuesto líder del nacionalismo andaluz descafeinado, con leche desnatada y sacarina hasta certificar recientemente su desaparición.
Álvarez se queja en esa red social de haber leído en internet comentarios de antiguos dirigentes o militantes destacados del Andalucismo censurando el paripé en forma de moción de censura de Podemos contra el gobierno de Rajoy. Amargura que el ex secretario general expresa asegurando que "es evidente que había personas de derechas en un partido que se definía de izquierdas".
Llegar a esa conclusión en el ecuador de 2017 y en plena ola de calor tiene delito. Máxime porque Julián Álvarez demuestra que jamás conoció a su partido, ni a sus compañeros de militancia. Y eso que 1988 fue elegido secretario general de las Juventudes Andalucistas y después de haber sido la máxima autoridad – sin poder ni mando – del PA entre 2003 y 2008. Luego, no es de extrañar que el Partido Andalucista forme parte del pasado en forma de artículo en Wikipedia.
En el PA había gente de derechas, de izquierdas, independentistas, comunistas y otros 'istas'. Gente cuya única apuesta política era Andalucía y su futuro. O lo que es lo mismo, el de sus hijos. Un simple vistazo al currículum de muchos de sus ex dirigentes demuestra que, efectivamente, en dicha formación no había tanta gente de izquierdas.
Son decenas los que – con la boca pequeña - se autodeclaraban de centro izquierda pero que actuaban y gobernaban – cuando lo hacían – siguiendo a la perfección los postulados del centro derecha. Reconocer en Alejandro Rojas Marcos, Antonio Ortega, Miguel Ángel Arredonda o, entre otros, el innombrable Pedro Pacheco como de izquierdas es tirar de mucha imaginación.
No sé si Julián Álvarez ha tirado de calculadora y datos. Supongo que no. Pero la paulatina pérdida de votos del PA en el conjunto de Andalucía ha favorecido, casi en exclusiva, al Partido Popular o, en su defecto, en grupúsculos locales que a la postres se han disuelto o integrado en el PP. Tantos andaluces no pueden estar equivocados.
En los últimos años, el PSOE sólo decrece y de forma contundente desde la irrupción política de Podemos, el partido por el que parece beber las aguas el ex secretario general andalucista. Formación extremista cuya ideología y puesta en escena seguro que no tenían cabida en el Partido Andalucista al que nunca llegó a conocer Julián Álvarez.
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