14 de noviembre
MÁLAGA.- La segunda velada musical de la temporada pone el foco de atención no sólo en la Viena de finales del siglo XVIII y principios del XIX, polo de atracción de artistas y renovadores de la ciencia y el pensamiento, sino que además nos motivará a establecer la comparativa sonora entre las grandes figuras de la composición musical de todos los tiempos: Wolfgang Amadeus Mozart y Ludwig van Beethoven.
Así, abrirá el concierto el Quinteto para piano, oboe, trompa y fagot en mi bemol mayor, KV 452 de Mozart, una pieza que viene a condensar la euforia de los buenos momentos que atravesaba junto a su esposa, reflejo de la consideración social que había conseguido cosechar ante los altos estamentos de la ciudad austriaca desde su llegada en 1781. "Yo mismo lo considero como lo mejor que he hecho en mi vida", escribió el diez de abril de 1784, días después del estreno de la obra.
La segunda parte estará dedicada al Quinteto para piano, oboe, clarinete, trompa y fagot en mi bemol mayor, op. 16 del eterno Beethoven, que se aventuró en crear esta pieza siguiendo la plantilla instrumental de la anterior creación mozartiana. El compositor de Bonn quería entonces hacerse un hueco entre la nobleza y alta burguesía de la ciudad imperial, a la par que intentar construir su fama como pianista improvisador y compositor en los principales focos culturales centroeuropeos.
