Inicio Opinión

El espía de San Leninburgo

Si usted tiene de presidente un espía como Putin, lo más normal es que las decisiones del poder en Rusia tengan un vicio de su oficio. Norteamérica ha elegido a Trump, por consiguiente sus políticas las vicia la avaricia, y así, hasta Rajoy, que las ve venir como un registrador de la propiedad, para luego pasarnos la minuta.

El hábito no hace al monje, pero sí "los hábitos", y en este mundo de "guerras irrestrictas", era tremendamente natural que "el oso ruso", haya dejado de ser una atracción de la feria global y sacará sus uñas krimeanas llevado por el furor.

Las cántaras de miel estaban en las elecciones norteamericanas, francesas, holandesas, etc., y se trataba de romperlas y desparramarlas. Como todos hemos sabido, hacer perder las elecciones a los demócratas, propiciar el crecimiento de los movimientos nacionalistas y de ultraderecha en Europa. El arma, la Red, poderosa máquina de intoxicación, para fragilizar la fuerza del enemigo, y elevar la capacidad de sus adversarios, métodos dónde todo cabe, porque lo viral es el comecoco de manipular los cerebros en "las guerras irrestrictas".

El Kremlin se halla bajo la sombra de todas las sospechas, porqué los hábitos de Putin, han degenerado en entrometerse en la salud de todas las batallas internas de los otros; así que, también, en el conflicto catalán lo han cogido con "el carrito de los helados", desde sus medios Sputnik y Russia Today, más sus allegados en internet, disfrazados o no, llevan calentando a los independentistas, contra los intereses españoles, en clara maniobra para atentar contra el equilibrio europeo ¡vocación de espía manipulador!

El día 1 de octubre describieron los medios rusos una batalla de represión, de las fuerzas policiales españolas, contra los independentistas, digna de las que Putin lanza contra sus opositores al menor de sus movimientos; los políticos presos por sus bárbaras decisiones, nos lo pintan como víctimas y mártires de sus ideas, y hasta la cobarde huida a Bélgica parece el exilio de los republicanos españoles.

Sin enterarnos del todo, la verdad es que de casi todo nos enteramos, después viene con el cristal con lo que lo miremos. Puigdemont se ha apoyado en los rusos, en los venezolanos maduritos, y en los hackers que están como Pablo Manuel, los mil y pico de la CUP, quizás Colau, en la estrategia de "cuanto peor mejor". Pero quizás la peor estrategia para el independentismo, que ahora recula, conocido el vacio que le ha hecho Europa, y en todo el orbe, dónde ha pretendido pescar con el cebo que ellos pescan. Demasiada buena táctica propagandística, para una estrategia lamentable e incalificable.

Después de tanto desasosiego, 21 de diciembre, espero que como decía, mi viejo amigo, el añorado Chiquito, "se hayan dado cuen" y ¡hasta luego, Luca!

 

[cabezon name="Curro Flores" designation="" img="curroflores" /]

Ir ARRIBA