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América Latina se propone cerrar la brecha de género y erradicar el matrimonio infantil

Ventana americana

Por estos días se celebra en la ciudad argentina de Buenos Aires la XV Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe (del 7 al 11 de noviembre), un evento convocado por dos importantes entidades de Naciones Unidas: la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) y la Organización para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer (ONU-Mujer).

En esta ocasión, el objetivo de la reunión en la capital de Argentina es la de iniciar una recuperación económica sostenible de la región, después del retroceso sufrido tras la pandemia del COVID-19 y la actual guerra en Ucrania, teniendo para ello en cuenta la igualdad de género.

Y es que, según los datos de las organizaciones regionales latinoamericanas, allí la brecha entre mujeres y hombres es muy grande. Prueba de ello es que en un informe previo al inicio de la conferencia se dio a conocer que solamente el 33,6% de los escaños en los parlamentos nacionales están ocupados por mujeres, por lo cual se tardaría unos 40 años en lograr la paridad de género en el poder legislativo latinoamericano.

Asimismo, en esta parte del mundo las mujeres dedican cerca del 20% de su trabajo a las labores domésticas no remuneradas. La falta de corresponsabilidad en la tareas del hogar aleja a la población femenina del mercado laboral.

Igualmente, las mujeres en América Latina y el Caribe no tienen una presencia mayoritaria en los trabajos de alta cualificación (y también mejor remuneración). Es el caso del sector profesional de la salud, en el cual solo el 10% de los médicos son mujeres.

Otro tanto ocurre en el sector de la educación, en donde el 83% de las plazas de profesionales de la enseñanza preescolar y primaria están ocupadas por mujeres, mientras que en la docencia universitaria (de mayor reconocimiento social y remuneración económica) la presencia femenina apenas llega a ser el 40% del profesorado en este nivel de educación superior.
Y a esto se le suma que, en un mundo donde la digitalización de la economía y la informatización del trabajo crece velozmente, cuatro de cada diez mujeres de Centro América, Suramérica y El caribe no tienen la posibilidad de conectarse a internet.

La lacra del matrimonio infantil

Las agencias del Sistema de Naciones Unidas también coinciden en que otra de las situaciones que afectan gravemente a los derechos de la mujer en esta región del planeta es el matrimonio infantil. Las cifras revelan que en América latina una de cada cinco niñas se casa antes de los 18 años, aunque en países como República Dominicana alcanza a ser tres de cada diez.

Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), América Latina es la única zona del planeta donde la práctica del matrimonio de menores de edad no ha disminuido, principalmente entre niñas de estratos económicos más pobres, de zonas rurales o pertenecientes a grupos indígenas o afodescendientes.

Los matrimonios tempranos truncan el futuro de millones de adolescentes que debido a este motivo abandonan el sistema escolar, sufren aislamiento social, asumen la maternidad sin estar preparadas para ello, pierden futuras oportunidades de empleo y tienen muchas probabilidades de convertirse en víctimas de violencia de género.

Se puede concluir, entonces, que el reto en materia de igualdad de género y derechos de la mujer en América Latina es enorme. Por ello se hace necesario el compromiso gubernamental y político, así como de todos los actores sociales, para poderlo afrontar en beneficio de todas las generaciones de latinoamericanas presentes y futuras.

[cabezon name="Luis Gabriel David" designation="Profesor y periodista" img="LUISGA" /]

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