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Pensiones

La caja de la Seguridad Social está vacía, hecho esperado desde hace algún tiempo. Y la culpa no es precisamente de los pensionistas, que son los principales beneficiarios del sistema de solidaridad puesto en marcha hace décadas. No. Ni de los que gobiernan ahora, ni de los que gobernaban antes.

Como el gordo de Navidad, la responsabilidad está muy repartida, aunque no hay quien se atreva a celebrarlo, aunque algunos hayan aprovechado el momento para lanzar ocurrencias a fin de aprovechar el momento con fines claramente electoralistas.

Es verdad que hay más pensionistas que nunca y que las pensiones son, en la mayoría de los casos, dignas. Tanto, que muchas pensiones han servido para sacar adelante a hijos y nietos en los peores momentos de la crisis. Pero también es verdad que no hay trabajadores suficientes ni sueldos tan elevados para que, con las cuotas laborales y empresariales, se nutra la caja de la Seguridad Social.

El problema es que el Estado no puede soportar tanto gasto y tan poco ingreso. Y el Estado no es sólo el aparato administrativo que da cobijo al gobierno central. Estado es también las comunidades autónomas, las diputaciones, ayuntamientos, mancomunidades, organismos autónomos de la administración central, autonómica, provincial o local.

En los últimos días han surgido voces proponiendo un impuesto a la banca para financiar las pensiones, impuesto que pagarán aquellos que tengan una cuenta, por pequeña que sea. Todos tenemos al menos una cuenta en el banco. Incluso los pensionistas, porque no hay otra manera de cobrar la pensión.

Otros hablan de financiar las pensiones con transferencias de los Presupuestos Generales del Estado a la Seguridad Social. Y otros no hablan porque no tienen ni idea, aunque aspiran a gobernar este país. Su única solución es un plan de pensiones privado.

Sin embargo, ningún miembro de la clase política es capaz de proponer una reducción importante del peso del Estado para que las pensiones dejen de ser un dolor de muelas y un negro abismo para los que todavía cotizan.

Cuando la crisis hubo quien dijo que en España se había vivido por encima de nuestras posibilidades. Y le doy la razón. España no es viable con un estado autonómico derrochador con una administración duplicada que provoca déficit y cajas de las pensiones vacías.

 

[cabezon name="José A. Hierrezuelo " designation="Periodista" img="Jose" /]

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