Hablé del tema hace unas semanas y lo retomo porque no entiendo qué está pasando con algunos de nuestros jóvenes. Es increíble que en menos de una semana conozca varios casos de supuesta violación realizados por menores. Algunos con tan poca edad, tan escasa vida, que son inimputables. Escasa vida pero aún más escasa moral.
Leía un artículo del Juez Emilio Calatayud que corroboraba lo que llevo pensando y viendo hace tiempo, que el porno está a un clic de sus móviles. Porno, violencia, vejaciones y cualquier tipo de historia nada edificante está a un solo clic de sus smartphones, y no hay forma de controlarlo. ¿O sí? Pues creo que es muy difícil.
Decía el Juez Calatayud que en algo nos hemos equivocado cuando en lugar de querer jugar a policías y ladrones los niños, porque con esa edad son niños, piensan en violar. Y lo que es peor, a veces ese pensamiento se hace realidad.
Se que es una minoría, una infinitésima parte de la sociedad, de esa niñez y juventud que tiene valores, educación y moral. Pero ahí están, y hacen daño, mucho daño. Sus actos llegan a marcar de por vida a la víctima o víctimas. Y con la información que tienen, se saben y se sienten impunes. Saben que no pueden ser imputados, que su depravación, porque es eso, va a quedar impune.
Pero yo pienso en las víctimas, en el dolor producido, de forma hostil, inhumana e inmoral, y cuando pienso que son niños los que lo hacen no llego a comprender que clase de mente sucia puede tener alguien con tan poca edad.
Qué clase de valores les hace actuar así y me pregunto si actuarían igual si no tuvieran acceso a todo el material nocivo que hay en las redes sociales, en internet. Si tienes malos instintos saldrán de una forma u otra, creo que las redes solo lo aceleran. También que los medios de comunicación ahora contamos esos casos que antes se quedaban en la esfera de un círculo minúsculo de personas. Sea como sea, me sigo preguntando ¿Qué está pasando?
[cabezon name="José Palacios" designation="Periodista " img="pepepalacios" /]
