El tiempo ha acompañado, las hermandades han podido realizar su recorrido procesional, los hoteles de la capital casi han colgado el cartel de completo y la hostelería ha hecho su Agosto a finales de Marzo.
Así que, como reza el titular de esta columna, ha sido buena semana santa.
Si esta festividad es el termómetro de la temporada de verano, está claro que la temporada alta de la costa del sol este 2018 será excelente.
Para una provincia como Málaga, cuya principal "industria" es el turismo, la maquinaria funciona a pleno rendimiento. Si añadimos que su "combustible" es la Semana Santa y sus procesiones, el resultado era de esperar.
Foco de informativos de cadenas nacionales, con penitentes tan famosos como Antonio Banderas y con el desembarco de los ministros de Justicia, Interior, Defensa y Educación, véase Catalá, Zoido, Cospedal y Méndez de Vigo, se aprecia que la semana de pasión malagueña tiene interés fuera de nuestra provincia.
Actos como la liberación del preso por nuestro padre Jesús el Rico, el desembarco de la Legión y el traslado del Cristo de Mena, o las miles de personas que acompañan en su recorrido de traslado y procesión de Jesús Cautivo, se convierten en centro de atención de los informativos de Telecinco, Televisión Española o Antena 3Tv.
En mi caso ha sido una semana santa diferente, especial y nueva. Mostrando y explicando nuestras procesiones a quien quiero y desea saber de la semana de pasión malagueña. Como nosotros, tantos y tantos turistas que quedan embelesados con tan magno espectáculo por las calles de Málaga.
Los tronos, los militares, sí, esos legionarios que causan tanta pasión e interés como el Cristo al que acompañan y velan, el de la Buena Muerte. O los paracaidistas, o los infantes de marina, forman parte del paisaje de nuestras procesiones. Y sí ahí están y ahí deben seguir, porque son parte de la esencia de nuestra semana de pasión. Y quien la ve por primera vez se queda impresionada por su solemnidad, no ve militares que "distorsionan" el espectáculo, sino hombres uniformados que desfilan y rinden su fervor al Cristo o Virgen al que acompañan, doy fe de ello. La ha visto por primera vez y asegura que repetirá.
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