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Arrodillarse

Da miedo cuando en la búsqueda del significado de la palabra arrodillar leemos en el diccionario de la Real Academia de la Lengua, como primer significado, "Hacer que alguien hinque la rodilla o ambas rodillas".

Bueno, parece que sí. Que es así. Nuestra sociedad está estructurada para que solo triunfe quien doblegue a los demás. Es la forma en la que podemos mirar al prójimo estando nosotros en un plano superior. El prójimo debajo, y nosotros arriba. Esto hace que en nuestra sociedad el mirar por encima del hombro a nuestro prójimo sea el deporte nacional. Igualmente, en nuestra sociedad, la ignorancia, el egoísmo y la codicia constituyen el origen de todo nuestro mal: ignoramos los males y necesidades del prójimo, el egoísmo hace que nos centremos en nosotros mismos, y la codicia hace que seamos insaciables en conseguir cosas materiales.

Pero existe un segundo significado de la palabra arrodillar "Ponerse de rodillas". Este significado nos traslada a un acto de voluntad propia por el que un ser humano muestra respeto, consideración y amor hacia alguien al que considera un Ser Supremo: El Creador. Comprobaremos que el postrarse ante Dios nos engrandece.

Entrar en el templo, buscar el velón que nos indica la presencia del Santísimo y hacer la genuflexión ante Él nos reconforta. Sabemos que está ahí y que no nos abandonara. Que por grande que sea nuestro pesar, saber que nos acompaña nos aliviara el peso de nuestra Cruz. Es nuestro Cirineo en un mundo en el que más que pensar donde está Él que no evita tanta sin razón, lo que verdaderamente tendríamos que hacer es procurar imitarlo en su amor a los demás y en su generosidad, de esta manera evitaríamos las miserias y pesadumbres de nuestra sociedad. Seamos consientes de la importancia de la genuflexión en nuestras iglesias en las que el Santísimo esté expuesto.

 

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