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Un weekend en la Moncloa

Nos tienen pendiente de las alienaciones de los posibles ministros y ministras –pongo el femenino, para que no haya duda, y éstas puedan cobrar sin efecto retardado como en la empresa lucentina-, hasta que les llegue la hora de prometer delante de la Constitución, esperemos que ya dejará de ser una extraordinaria noticia la falta de una biblia y un crucifijo en la mesita de la ceremonia zarzuelista, que escándalo en un país aconfesional ¿llevamos 40 años de Constitución?

Vivíamos soliviantados con las voces de algunos, siempre vivos, padres de la Patria, y los partidarios de las encuestas favorablemente amañadas, que querían unas elecciones tan anticipadas, tras el voto de censura, que para ellos la más mínima seriedad del presidente Pedro Sánchez, exigiría habernos ahorrado los ministrables, y tras un familiar bed & breakfast de un fantasmal weekend en la Moncloa, firmar la convocatoria de los comicios, darse el piro, y dejarle al camarada ucraniano Poroshenko, hablando con los migueletes de Presidencia o con el ficus de Suárez.

Pero parece que el que se despide es Rajoy, con un largo aplauso de los suyos, digno de aquellos procuradores de las cortes franquistas, el weekend parece que le ha hecho menos terco para dimitir, 40 años practicando escalada en el PP, un joven prometedor de aquellos que se sentían tan del pasado en aquellas épocas de cambio.

Aznar presenta un libro, habla de todo, pero no pide disculpa por haber nombrado a la casi la totalidad de sus ministros en 2002, en el top ten de la corrupción política, quiere reconstruir el centro derecha nacional, espero que no quiera reconstruir el paraíso de la depredación que nos instaló con su milagrería económica. Hasta los suyos le piden que deje el carnet de militante.

Pedro Sánchez, no nos está mostrando los ministros a medio plazo de legislatura, nos está enseñando, algo más, que un programa determinado de gestión inmediata y posible, nos está mostrando el proyecto socialista, con nombres invariablemente unidos unas trayectorias progresistas y personales, en medio ambiente, ciencia y tecnología, avance económico, justicia, igualdad, solidaridad, europeísmo, educación, cultura, trabajo, sanidad, etc.

Aunque solo fuera por el anuncio de la creación de un alto comisionado, ocupado de los dos millones de niños que viven en los umbrales de la pobreza, se merece un fin de semana en la Moncloa Sánchez, y una larga vida. En fin, el proyecto socialista ha ganado la visibilidad necesaria, gracias, a una persona que corre nuestros riesgos, a riesgo de pasar a ser una página oculta. La travesía del desierto, nos había dejado envueltos en una tormenta de arena, pero con los avatares que se avecinan, quizás se tenga la oportunidad, de hacer y convencer para un futuro serio, ético y fundamentado en el crecimiento de todos los ciudadanos, no sólo de los datos macroeconómicos.

 

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