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Al pie de los caballos

Las casas de apuestas ofertarán para la puja en un futuro no muy lejano qué nuevo ministro durará en el cargo menos que Maxím Huerta, el seis días ministro de Cultura y Deporte que por la cultura del pelotazo ha sido desalojado de un plumazo de sus responsabilidades ministeriales.

Muy lindo se las prometía Pedro Sánchez con aquello de haber confeccionado un magnífico gobierno mediático de los que limpia, brilla y da esplendor, a modo de la Real Academia de la lengua, para acabar con tanto pasado popular tan corrupto y amigo de lo ajeno, que es lo de todos.

Sin embargo, a las primeras de cambio se demuestra que no por ser de izquierdas se es pulcro. Además todo, absolutamente todo el mundo tiene un pasado glorioso o penoso. El de Maxím ha sido el pasado fiscal. A saber qué otros pasados depara el nuevo gobierno, que quiera Dios dure muchos años, pues significará que este país va bien, cosa que anhelo por encima de todas.

Lo que más pena me da es que a Maxim Huerta se le ha quitado las ganas de empezar a hacer deporte, a lo que se comprometió tras algunas meteduras a modo de twitter del pasado y ante la sumisa promesa de colocarse el chandal y la zapatillas ante el presidente de la Federación de Fútbol en presencia de su Majestad. No se pudo caer tan bajo ni rastrero.

Dice la cortesía parlamentaria que a los gobiernos se les da 100 días de margen antes de que arrecien las críticas por su gestión. Pedro Sánchez ha sido tan habilidoso que ha sabido abrir la espita para que gracias a su ex ministro estrella de Cultura su gobierno nazca estrellado y se sitúe, en una semana, al pie de los caballos.

 

[cabezon name="José A. Hierrezuelo " designation="Periodista" img="Jose" /]

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