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Torremolinos, de mito a pueblo

Tengo ante mí una edición especial y atractiva de la revista Litoral, "Torremolinos, de pueblo a mito"; y he bajado de los estantes, para releerlo, un excelente libro de James Michener, "Hijos de Torremolinos", motivado por varias noticias espejismos de "Torroles", entre los largos andares agotadores de la información que nos agobia.

Desde 1988, que el "pueblo" es pueblo, la turística barriada de la ciudad de Málaga, durante 20 años ha estado gobernado por el PP, con un alcalde singularmente endógeno, Fernández Montes, que supo unir a toda la oposición, para ser desalojado de la alcaldía en las últimas elecciones. Tanta vocación de poder tiene el ex alcalde, desde sus primeras andaduras de representante falangista, que ahora quiere cercenar la candidatura de la aspirante a alcaldía del PP local, y suenan los tambores que sus acólitos piensan presentar una candidatura independiente ¿más larga vida a la endogamia reaccionaria?

Otra información, no ha dejado de llamarme la atención, el actual alcalde de Torremolinos acompañado por varios amigos parlamentarios socialistas malagueños, han presentado una proposición no de ley en el Parlamento, para que el conocido Pasaje Begoña de la localidad, sea reconocido como lugar de la memoria histórica, por la brutal macroredada dirigida por el olvidable gobernador Víctor Arroyo, que sufrieron en sus locales clientes, empleados y paseantes, en junio de 1971, lugar prominente de la libertad sexual y cita mundial del turismo gay.

Comprendo la exaltación de este acontecimiento bárbaro por la comunidad gay y sus legítimos apoyos, pero hubiera querido señalar antes como lugar de la memoria histórica el campo de concentración que instaló la dictadura en Torremolinos, que negó su existencia Fernández Montes, suavizándolo como lugar de internamiento.

El Pasaje Begoña, era conocido, reconocido y exhibido durante años en la dictadura ¿pero qué hubieran durado estos locales, propietarios y moradores del Pasaje, si hubiera sido lugar de encuentro de disidentes a Franco e imprenta clandestina de folletos contra la dictadura? Estos días me han hecho evocar al primer alcalde de Torremolinos, Miguel Escalona, sus hermanos Lázaro y Bartolomé, que de niño tuvieron que huir en la dura "Desbandá", y soportaron todas las vejaciones por los fascistas de su pueblo. En la trastienda de su tiendecita constituimos con emoción la renovada agrupación socialista de Torremolinos.

La ceremonia lamentable del ring, un campeonato europeo de boxeo en la plaza de toros, lo ha señalado la corporación, como una imagen que ayuda a la extroversión del pueblo ¡cosa de sensibilidades encontradas! Pedro Aparicio, su anterior alcalde, lo prohibió en su término municipal.

Mientras, veo las fotos en la prensa de algunos vecinos que han cogido la brocha y la lata de pintura, para sanear y limpiar el pueblo ¡cosas del día a día de la gestión municipal! Estoy esperando la ceremonia de la inauguración de INTU, el gran parque comercial y de ocio que nace en Torremolinos, y que no me pille un atasco.

 

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