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Andalucía, con ojos de Málaga

A menos de un mes y medio para la cita con las urnas, los mensajes políticos de cada uno de los partidos que concurren a las elecciones en Andalucía van ganando en intensidad – con propuestas más rigurosas y realistas unas y más electoralistas y populistas otras –. Los discursos se endurecen y el repaso de los incumplimientos de quienes han tenido la oportunidad desde el Gobierno de cambiar las cosas y no lo han hecho llena debates y reflexiones no sólo en los medios, sino también en las conversaciones en la calle.

Se va acercando el momento de que los malagueños de a pie, de los que de verdad tienen la última palabra en el resultado de las elecciones, terminen de decidir su voto para el 2 de diciembre. Ellos son el objetivo de todos los argumentos que unos y otros partidos utilizan y van a utilizar para tratar de influir en esa decisión.

Y, desde luego, los argumentos para que ese voto sirva para propiciar un cambio real en Andalucía después de 40 años de socialismo son apabullantes. En todos los ámbitos hay motivos para buscar el cambio: desde la gestión que ha hecho el PSOE en sanidad, con los hospitales que no construye o los profesionales a los que deja a los pies de los caballos; pasando por Educación, con las aulas prefabricadas o las escuelas de hostelería; por la falta de inversiones en infraestructuras, con autovías que no llegan o puertos que no construye. Son todos argumentos contra una administración, la socialista, que recauda de los malagueños lo que luego no invierte en ellos.

Pero también contra los partidos que, habiendo estado dando su apoyo a ese mismo Gobierno, no han propiciado ningún cambio. Es el papel que jugó Izquierda Unida en su momento, y es el papel que ha jugado Ciudadanos en esta legislatura.

Sin embargo, y pese a la indiscutible realidad del triste balance que dejan esos 40 años de socialismo para la provincia, hay un argumento que no se puede rebatir y que además sólo puede ofrecer una de las opciones en liza, en este caso el Partido Popular, y es el hecho de que Juanma Moreno va a ser el primer presidente malagueño de la Junta de Andalucía.

Nadie ha regalado a Málaga su liderazgo económico en Andalucía, sino que es fruto sin duda del talento, el trabajo, el esfuerzo y el sacrificio de su gente. Y el único que puede ver Andalucía con los ojos de Málaga es Juanma Moreno.

Porque con un presidente malagueño, no sólo la provincia recibiría todo el cariño y toda la atención que Málaga como referente merece y no ahora no recibe. Con un presidente malagueño, todas las provincias de Andalucía podrían ver crecer y desarrollar todas sus potencialidades como lo hace Málaga. Una Andalucía con los ojos de Málaga sí es el verdadero cambio que necesitamos.

Un malagueño al frente de la Junta es el argumento definitivo para decidir a quién votar el 2 de diciembre como garantía de cambio para Málaga y para Andalucía.

 

[cabezon name="Patricia Navarro" designation="Secretaria General PP Málaga" img="navarropp" /]

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