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Yo, de Turismo

Sólo escucho silencio. Demasiado. Nadie quiere abrir la boca, no vaya a ser que entren moscas. Ahora toca ser bueno, disciplinado y apurar las opciones si es que alguien las tuvo alguna vez.

Lo cierto es que se está formando un gobierno en Andalucía entre el Partido Popular y Ciudadanos y todos quieren su cuota de poder. Y todos quieren salir guapos en la foto. Y todos quieren ser el niño del bautizo. Por eso, y no por otra cosa, hay tanto silencio.

Tal vez porque mis opciones a ser alguien en el futuro gobierno autonómico son menos que mínimas, le voy a echar cara al asunto. Será por aquello de que quien no llora no mama. Pero como contribuyente y votante me veo en la obligación de exigir. Y quiero un carguito. Pero no cualquiera. Quiero el mejor.

Y me pido ser consejero de Turismo en el próximo gobierno de Andalucía. Porque, y me darán la razón, es el cargo más inmaculado de cuantos tiene el ejecutivo regional. Críticas, casi ninguna. Peloteo, casi todo. Dinero, a expuertas. Respeto, por propios y extraños. Y, además, siempre hay una excusa.

Ser consejero de Hacienda debe ser muy difícil, y no digo de Medio Ambiente. Jamás aceptaría ser de Fomento u Obras Públicas, ni mucho menos de Sanidad o Educación. En todos esos sectores hay problemas gordos muy difíciles de solventar. Pero que venga un turista más a Andalucía es una bendición. Y si viene uno menos, seguro que ése hace más gasto.

Siempre he querido ser y vivir como un buen andaluz. Por eso, señor futuro presidente de la Junta de Andalucía, estoy dispuesto a sacrificarme y aceptar de buen grado ser consejero de Turismo, sin más apellidos. Que la competencia es dura y hay que defender el cotarro del destino, hoteles y chiringuitos con uñas y dientes.

 

[cabezon name="José Antonio Hierrezuelo" designation="" img="Jose" /]

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