Inicio Opinión

Enrocada, ensimismado

En el vértice del poder. Sin mirar al pueblo. No queriendo oír, ver o hablar, se mantiene en la Moncloa como si los acontecimientos de Cataluña pertenecieran a otro país, y no afectara a la legalidad constitucional de España. Mientras, la economía española se resiente. Tiene la osadía de declarar en el Congreso que lo que ha conseguido en estos meses es la regeneración moral de España, cuando sus ministros en sus patrimoniales acreditan no tener ni intención de saber lo que es el bien común, y cuando por estar en el poder ha pactado con partidos que además de querer partir España ejercen constantemente la violencia como forma de coacción ciudadana para someterlos a sus intereses ideológicos.

Consulta en el Congreso, en su móvil, el programa electoral de Vox, a los que considera nostálgicos del franquismo, olvidando la ideología totalitaria de quienes le mantienen en el poder exigiéndole que permita las manifestaciones y algaradas callejeras sin autorización. En nuestra Junta, Susana se aferra a declarar que han sido los más votados, cuando su partido ha despreciado ese mismo razonamiento para constituir gobierno en nuestro país. Es incapaz de reconocer que el fracaso de su partido en Andalucía, en votos, en educación, en economía y en sanidad, no fuera con ella. Desprecia a quienes han votado a Vox, acusándolo de extrema derecha, pero nada dice de los alborotadores que salieron a la calle a pisotear el resultado de unas elecciones democráticas al grito de "sin piernas, sin brazos fascistas a pedazos". Parece que están enfrentados y que lo único que les une es el temor de una alternativa seria de gobierno, pues después de los acontecimientos que están ocurriendo en nuestro país la política no volverá a ser lo mismo.

El ciudadano mediante su voto ejercerá un nivel de exigencia que hasta ahora no ha tenido. Levantadas las alfombras que pisaban los políticos de Madrid, Díaz está temerosa que se levanten las que se pisan en la Junta de Andalucía. Ambos políticos temen también que desaparezca el ideario de "lo políticamente correcto" que se presenta en nuestra democracia como un régimen de censura feroz. Se cumple en ellos lo que dijo Kant: "Quien ostenta una vez el poder en las manos no se dejará imponer leyes por el pueblo".

 

[cabezon name="Fernando Guerrero" designation="Ensayista" img="guerrero" /]Ausente.

Ir ARRIBA