Hay un dicho popular muy común que, como casi todo lo que proviene de la inteligencia colectiva, es muy sabio:"hablando se entiende la gente". Y esto que es tan básico y que ha permitido la evolución del ser humano y ha garantizado la convivencia en todas las comunidades, ha sido abandonado por los partidos políticos que, en teoría, son las herramientas democráticas para representar a los ciudadanos desde todo el espectro ideológico. Pues bien, asistimos a unos tiempos en que el arte noble de la política se ha convertido en un reality show donde la posibilidad de llegar a acuerdos ha sido sustituida por una cadena de chantajes económicos y emocionales.
Es lo que está ocurriendo con el bloqueo a los presupuestos generales del estado en cuyo debate no se cuestionan si son beneficiosos para los españoles, sino si le son rentables al PP, a Ciudadanos, a Podemos o a Ezquerra Republicana. Y es que desde el momento en que el interés de los ciudadanos a quienes se dice representar no es lo prioritario, desde el momento en que las necesidades y los problemas de la gente no son el objeto fundamental de debate, los partidos políticos dejan de representar a la comunidad y sólo se representan a sí mismos y, con ese devenir, consiguen que la democracia se torne en una insufrible partitocracia.
Nuestro país que fue capaz de concitar acuerdos a la salida de una ominosa dictadura y que generó un marco de pactos sobre las cuestiones fundamentales del estado donde la altura de miras de la izquierda y la derecha permitió una transición política que se muestra como un ejemplo a nivel internacional, no se merece la polarización política y social provocada por unos partidos que han perdido el norte. Los grandes acuerdos sólo se consiguen con diálogo, no azuzando a unos españoles contra otros, no despertando los instintos primarios de una sociedad consumida por los problemas cotidianos y endémicos, como el desempleo, la precariedad laboral, la falta de acceso a una vivienda o el empeoramiento de la educación y sanidad públicos.
Apelo al diálogo para intentar resolver la crisis territorial generada en Cataluña; esta situación de tensión extrema que en los próximos días va a volver al estado de ebullición con el denominado "juicio del procés" no tiene solución desde la crispación ni desde el chantaje en la aprobación de unos presupuestos del estado. Esta división que por momentos se muestra irreversible, sólo y exclusivamente se puede encaminar desde EL DIÁLOGO.
Y para que las partes enfrentadas se sienten a intercambiar impresiones habrá que recurrir a todas las fórmulas de mediación que se amparen en nuestro marco constitucional, porque no nos engañemos, lo que se está jugando en estos momentos apelando a la unidad de España es justamente la posibilidad de una fractura irremediable de nuestra vapuleada democracia. Por eso se torna imprescindible afrontar una SEGUNDA TRANSICIÓN que retome los valores constitucionales y recomponga desde el acuerdo esta peligrosa situación. Nos va el futuro en ello...
Defiendo que no se puede gobernar ni avanzar desde la nostalgia, pero hoy se echan notablemente de menos a los Fraga, Carrillo y Suárez que fueron capaces de cimentar las bases del ÚNICO PACTO POSIBLE en aquellos momentos
Así que dejen de aburrirnos y escandalizarnos con sus torpezas y pónganse a dialogar...España no merece otra cosa...
[cabezon name="Encarnación Páez" designation="Alcaldesa de Villanueva de Tapia" img="paez" /]
