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El maridaje de Francisco de la Torre con Vox

Las encuestas locales que hemos vivido durante los días de campaña, todas ofrecidas desde los partidos contendientes, donde se supone que cada cual ha arrimado el ascua a su sardina, la única información que nos deja es que la pelota no está en el tejado, sino debajo de las tejas, así que estaremos en las nubes hasta que a la medianoche del día 26, el recuento de las urnas nos arrojen el resultado.

El primer sondeo encargado por el PSOE a una empresa solvente, los socialistas aparecemos como ganadores, y que sumado a los otros partidos de izquierda podría conseguir la alcaldía después de 25 año, esperanzadora premonición, nada extraña vistos los resultados de las generales en la ciudad de Málaga; la pitonisa de Ciudadanos, sin discutir su profesionalidad, dista mucho de las otras, mejorando ostensiblemente su número de ediles, y a mi me ha parecido la más aventurera o cocinada a la pata la llana, y los augures del PP, de rigor reconocido, pero sociólogos de una cosa tan dúctil como un muestreo telefónico , han reflejado casi un empate técnico entre los populares y los socialistas, inclinada a que el alcalde conservaría el bastón de mando si consigue el apoyo de CDs, hoy divorciados, y del único edil que se le presume sacaría Vox volcaría la balanza hacia la derecha.

Dieciséis a quince o quince a dieciséis, veremos. Son especulaciones al fin y al cabo, y los medios de comunicación después del pacto de los peleles en Andalucía, dan por hecho que los bloques están claros y nítidos, izquierda y derecha, sin observar otras opciones, o poner reparos a la ultraderecha.

Aunque la lógica de perogrullo es lo que impone, las opciones de gobierno de los ayuntamientos muchas veces se aleja de lo común, por más comunes que sean los ediles, y sería un gran borrón en la escalada en el camino de la democracia de De la Torre, ser elegido por el apoyo de la ultraderecha para su último mandato, un retorno al pasado su maridaje con Vox, cuando de joven convivía en la Diputación franquista, con especímenes tan denostados por los malagueños como Francisco Cabezas, el gran responsable político de la tragedia del 4 de diciembre.

La modélica Transición en España nos dejó, por pacificar las aguas, que el franquismo y su nacional-catolicismo, no quedaran estigmatizados para siempre del suelo hispano, y que todavía nos pretendan hacer buena su ignominia, disfrazados sin guadañas.

Mientras el imaginario del campamento Benitez, pasa de aquel museo del transporte a la nueva propuesta del alcalde a hacer el mayor museo astronómico de Europa, los malagueños estaremos haciendo la imaginaria a dos velas, como nos hemos quedado esperando que abra el Museo de las Gemas, y su nueva apuesta por el Auditorio, con treinta años de retraso.

La campaña sigue hasta el viernes, la líder Arrimada ha venido a tomar cerveza y a soltar consignas; Vox invita a los jóvenes a una caña por España; Casado y compañía se han ido a tomar viento a los Baños del Carmen, ya que la Farola está ensombrecida por la futura Torre, y Daniel Pérez se ha ido a celebrar su cumpleaños con sus vecinos de toda la vida en su populosa barriada de Miraflores, abandonada y sucia, de la que muchos de los otros contendientes solo saben de su existencia, por su ya histórica banda juvenil de música acompañando procesiones o tocando pasodobles en la Plaza de Toros.

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