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Paracaidistas municipales

Falta muy poco para que los españoles elijamos a nuestros alcaldes. Aunque sea de forma indirecta, ya me gustaría poder tener una elección directa como en otros países de nuestro entorno (Francia, Italia, Reino Unido y Alemania, por ejemplo) y no estar a expensas de unos pactos postelectorales que cada vez son más difíciles de predecir.

Pero también es digno de lamentación que en algunos pueblos los cabezas de cartel de ciertos partidos se presenten con pocas intenciones de ser alcaldes. Más bien se postulan en puestos de salida —que mejor puesto que el 1— políticos perdedores a los que el partido busca recolocación en una institución mejor pagadora que el propio ayuntamiento.

Si miramos entre los diputados provinciales del mandato que está expirando, vemos cómo varios se presentaron por pueblos a los que les unía simplemente algún que otro lazo familiar o recuerdos veraniegos de la infancia. Y poco más. Y si nos detenemos en las candidaturas del próximo 26 de mayo vemos que la historia se repite.

Yo propuse —y se aprobó, tiempos aquellos en los que se valoraba algo mi opinión— la lógica medida de que ningún número 1 de Ciudadanos se fuera a Diputación, puesto que siendo la cara visible de las municipales sería en la escena municipal donde debiera batirse. En PSOE y PP esta norma no existió. En el caso del PSOE al menos si uno subía a alcalde —después de una moción de censura— abandonaba la Diputación —caso de Ronda, por ejemplo—.

En cambio en el PP ha habido un alcalde buena parte de estos últimos años —el de Pizarra— y en los últimos meses incluso el presidente de la institución ha seguido de alcalde de Rincón de la Victoria.

Izquierda Unida no es menos dentro de sus limitadas posibilidades. En las últimas semanas la recién estrenada alcaldesa de Alhaurín el Grande continúa con su acta de diputada provincial. Para el próximo 26 de mayo hay varios números 1 a los que intuyo poca vocación alcaldesa, pero que auguro un puesto en Diputación.

Igual es que soy muy malpensado, pero ¿a Mariví Romero alguien puede ubicarla fuera de la capital? Pues se presenta nada más y nada menos que a alcaldesa de Almogía. En ese pueblo por cierto también Ciudadanos ha postulado a un paracaidista capitalino.

También llama mucho la atención la poca convicción que tenía el PP en su resultado en las Generales cuando a su candidato al Senado Manuel Marmolejo lo inscribía a la vez de candidato a alcalde en Colmenar. ¿Se le habrá perdido a este ex senador algo por ahí o es su salida político-laboral para acabar en Diputación?

Como decía, un partido que se autodefine como el adalid de la regeneración democrática ha presentado también paracaidistas. Sin hacer un seguimiento exhaustivo ya he mencionado el de Almogía. Pero más rubor causa que la candidata de Ciudadanos a alcaldesa de Marbella en la presentación de su candidatura tuvo que leer hasta su curriculum vitae.

Y me refiero a que leyó lo que es un currículo de vida en su significado más riguroso, pues estaba pegada al papel hasta para contar su relación vital con Marbella. Después se ha sabido que se empadronó en esa ciudad en octubre pasado en una vivienda donde no la conoce ningún vecino y donde hasta enero había muchas más personas empadronadas. Inmigrantes brasileños para más señas.

El paracaidismo político es un insulto a los ciudadanos. Es una práctica de vieja política, que diría antaño Ciudadanos. Pero está visto que en política importa más que sea buena a que sea nueva. La perversión de este partido en Marbella no acaba con esta mujer unida a la ciudad de la Costa del Sol parece ser solo por algunas fiestas juveniles en Puerto Banús —esto también lo resaltó en su CV leído— sino porque el número 3 es un cartameño.

Pero claro, como es el secretario provincial de Organización, si consigue "escaño" el partido se ahorra su sueldo, aunque siga trabajando como tal dada su poca facilidad para la redacción y por tanto para confeccionar mociones, y su poca verborrea como para tomar la palabra en un pleno. Por si fuera poco, si el salario de un concejal de oposición en Marbella le parece poco, siempre puede ir a Diputación.

Para no cansar al lector sólo añadir que en Vélez la formación liberal —cómo les gusta esta expresión— contaba con afiliados que llevaban trabajando desde hace cuatro años —al menos lo que la censura central del 'aparato' les permitía trabajar— pero en las listas hay también mucho paracaidista. Algunos de risa, como su número 3, que ya ha pasado por muchos puestos electorales pero a la que todavía no han conseguido sentar en puesto institucional.

Los paracaidistas que se tiran desde los aviones van con su mochila. En política es al revés. La mochila con la que carga el partido, es la que obliga a mandar paracaidistas a los que dar de comer para premiar su lealtad.

[cabezon name=" Gonzalo Sichar" designation="Presidente de InnovaÉtica" img="Sichar"/]

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