El diecinueve de junio de mil novecientos ochenta y siete ETA atentó en Barcelona contra Hipercor. El resultado veintiún muertos y cuarenta y cinco heridos. Treinta y dos años después el presidente en funciones del Gobierno de España pacta con los representantes políticos de aquellos asesinos, los componentes de Bildu un partido que sigue participando en los homenajes a terroristas, que pide la libertad para Josu Ternera, que nunca condenó la historia de terror de ETA.
Pacto por el que el partido del allegado Sánchez les ha entregado la mesa del Parlamento Foral de Navarra como antesala del Gobierno Foral. Ese pacto se ha producido el mismo día en el que se cumplían 32 años del atentado de Hipercor.
El allegado Sánchez, presidente en funciones del Gobierno de España, mueve maquiavélicamente el poder que le da su estatus con la única finalidad de conservarlo bien consiguiendo la investidura, a cambio de lo que sea, o bien convocando nuevas elecciones en la esperanza de conseguir más diputados. Está claro que los muertos para el allegado Sánchez tienen distinto valor, aunque los use todos con el mismo fin: obtener el poder.
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