Inicio Opinión

Los compadres de la Constitución

Amén de El Principito, los "picholos" que me divertían en el rebate del Chache; he estado marcado primero por el Catecismo de la infancia en el nacional-catolicismo; después con otro pequeño libro de mi cabecera democrática, nuestra Constitución.

A conciencia civil, he querido felicitar a amigos y lectores, con el artículo anterior, -Feliz Constitución-. Sabedor del sinsabor que se me, nos, avecinaba, durante estos días en los que al decir felicidades, se tiene que distinguir de las dadas a un paisano, a las de un argentino de penaltis.

Durante años dándole ensoñaciones a mi formación jurídica, junto a textos de Derecho y códigos; gracias a Pedro Aparicio, eurodiputado, me proveía de los cuadernos naranjas de sentencias y correspondientes argumentaciones de nuestro Tribunal Constitucional, en época tan distante de Internet, sus lecturas eran mis devocionarios mensuales de Caballería, un maná jurídico. Los Jiménez de Parga, Cruz Piñero, García Pelayo, Pascual Sala, Tomás y Valiente, tantos más, eran mis imitables caballeros de la prudente Justicia; también como cimentado en los oráculos de izquierda, me debatía entre las distinciones desequilibrantes de nuestros derechos elementales y fundamentales.

Quiero recordar que cuando los cuadernos constitucionales invadían mi biblioteca; la magistrada, catedrática y amiga, María Luisa Balaguer; ahora en el Tribunal Constitucional, se hizo cargo de mi preciada carga.

Imagino y la leo, lo que debió pasar en la -Sesión de marras- nuestra excelentísima jurista y feminista de pro, al oír tan de cerca a los "compadres de la Constitución" debatir.

Hace no mucho, demandando la dimisión de los miembros caducos del Consejo del Poder Judicial; tuve a bien citar a Pascual Sala, quién presentó su renuncia como presidente, al ver que los parlamentarios tardaban en acordar sus relevos en el Consejo, -agua de Mayo-.

Como ante la tamaña barbaridad de suspender una votación en el Senado, conocido todos los pareceres, algunos mejor no me aparecieran. La actitud de los que ya están en precario en el Sanedrín, más sus compañeros ideológicos, del más rancio PP, en la Sentencia del 6 a 5. Me hace acatar a mi conciencia, para señalarlos como autores de un compadreo político, impropio de sus deberes con la Carta Magna.

Es difícil el retorno, cuando se sobrepasan los contornos de nuestra carta de convivencia, por intereses espurios de 160 mil euros al año. ¡Feliz Constitución!

[cabezon name="Curro Flores" designation="" img="curroflores" /]

Ir ARRIBA